A veces nota que su perro se pega a la cara en todo tipo de lugares que no deben tocarse con ningún tipo de nariz o boca.
En esos momentos, lo último que se le ocurre es darle un beso a su perro. Ahora, no estamos recomendando que beses a tu perro después de una de sus «excursiones nasales» en lugares desagradables, pero un beso de vez en cuando (cuando el perro está limpio) es realmente bueno para ti.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona, dirigido por una estudiante de doctorado en antropología Kim Kelly, propuso una teoría según la cual los microbios que se encuentran en el intestino del canino y llegan a su hocico pueden ser beneficiosos para su propia salud, mostrando propiedades probióticas. En resumen, cuando besa al perro, entra en contacto con estos microbios que luego benefician a su propia «población» de microorganismos.
Kim propone lo siguiente:
«Hemos evolucionado conjuntamente con los perros durante milenios, pero nadie realmente entiende de qué se trata esta relación perro-humano que nos hace sentir bien con los perros. ¿Es solo que nos gusta acariciarlos, o hay algo más bajo la piel? La pregunta realmente es: ¿la relación entre perros y humanos se ha metido debajo de la piel? Y creemos que sí».
El estudio es el resultado de la Iniciativa de Investigación de Interacción entre Humanos y Animales que busca promover la cooperación entre investigadores de diversas disciplinas para investigar cómo las relaciones entre humanos y animales benefician a ambas partes.