La definición técnica de un accidente cerebrovascular es una «falta repentina de suministro de sangre al cerebro».
Esto puede suceder de una de dos formas: un vaso sanguíneo que alimenta el cerebro se bloquea, a menudo con un coágulo, o una ruptura del vaso sanguíneo. Ambos ocurren más comúnmente en las personas; En realidad son bastante raros en los perros.
Los síntomas de un derrame cerebral varían según la parte del cerebro afectada, pero los más comunes son:
- Una pérdida repentina de equilibrio
- Parálisis, que puede afectar a un lado del cuerpo o a ambos
- Desorientación
- Una inclinación de la cabeza
- Ojos parpadeantes (nistagmo)
- Dando vueltas
- Ceguera
- Colapso
- Pérdida del control intestinal o vesical
- Convulsiones
Si su perro muestra alguno de estos síntomas, debe llevarlo a su veterinario inmediatamente. Un examen clínico le dará a su veterinario una gran cantidad de información, pero la única manera de diagnosticar realmente un derrame cerebral en un perro es hacerle una resonancia magnética o tomografía computarizada. Esto permite que el personal veterinario mire directamente al cerebro y vea exactamente dónde y cómo se produjo el daño. Sin embargo, estos pueden ser costosos y no todas las clínicas tendrán acceso inmediato a estas herramientas de imágenes.
También puede ser difícil distinguir un accidente cerebrovascular de otra afección denominada «Enfermedad vestibular», que es común en perros mayores y tiene síntomas muy similares. Los tratamientos a menudo también son similares, pero la enfermedad vestibular conlleva un mejor pronóstico.
Un perro que haya sufrido un derrame cerebral y tenga dificultades para pararse o comer deberá ser ingresado en un hospital veterinario para recibir tratamiento de apoyo. Esto aumentará y mantendrá el suministro de sangre al cerebro para garantizar que reciba los suministros adecuados de oxígeno y otros nutrientes. Es probable que se le coloque al perro un goteo intravenoso, obtenga una cama profunda y conforme para asegurarse de que no desarrollen úlceras mientras están recostados, y que reciban varios tipos de medicamentos.
El pronóstico es variable y la mejoría lograda dentro de las primeras 48 horas después de un accidente cerebrovascular es la mejor indicación de cómo se recuperará su perro. Muchos se recuperan por completo y continuarán llevando vidas normales, mientras que otros se quedarán con problemas permanentes, como la inclinación de la cabeza. Desafortunadamente, algunos lamentablemente no mejorarán en un grado significativo; Para ellos, la eutanasia puede ser la opción más amable.