Cuando los gatos juegan, puede parecer incómodo y lleno de uñas para todos los involucrados. Hasta cierto punto, esto es normal.
Sin embargo, cuando los gatos comienzan a ser excesivamente ásperos durante el tiempo de juego, puede que tengas problemas. Los gatos que juegan demasiado duro pueden lastimarse fácilmente a sí mismos, a sus amigos felinos o incluso a sus compañeros humanos. Además, dado que el juego brusco puede ser un indicador de un problema de comportamiento, es importante abordarlo si su gato comienza a exhibir un comportamiento de juego violento.
Comprender el juego
Todos los gatos juegan, como deberían, y algunos gatos juegan más bruscamente que otros. Independientemente de si su gato vive solo o con otros felinos, probablemente lo haya visto participar en dos tipos muy diferentes de juego: juego social y juego solitario. El juego solitario consiste en golpear a un ratón de juguete por el suelo, subir corriendo por un árbol, saltar al aire para atrapar una mosca o aplastar un trozo de papel desechado en el suelo.
El juego social, por otro lado, involucra a otro animal o persona. Durante el juego social, su gato puede atacar y morder a su amigo felino, golpear la cola del perro mientras se mueve o atacar sus pies mientras se mueven debajo de las sábanas. Gracias a sus garras afiladas, dientes puntiagudos y agilidad increíble, sin embargo, los gatos pueden ser demasiado rudos durante el juego social.
¿Es agresión o solo juego brusco?
Si tienes un gatito que juega demasiado duro durante el juego social, existe un riesgo muy real de que el gato te haga daño a ti o a alguno de sus amigos felinos. El comportamiento de juego brusco debe reducirse y el primer paso para hacerlo es descartar un problema de conducta.
Los gatos que tienen miedo, dolor o agresividad a menudo actúan en forma de juego brusco. Afortunadamente, es fácil distinguir a un gato que es legítimamente agresivo de uno que simplemente está jugando bruscamente prestando atención al lenguaje corporal. Los gatos agresivos y atemorizados se inmovilizarán las orejas, gruñirán, abrirán los dientes y actuarán en defensa propia en lugar de jugar con bondad. Si su gato exhibe estos comportamientos, un viaje al veterinario está en orden.
Consejos para reducir el comportamiento de juego brusco
Una vez que haya descartado la agresión genuina, es hora de comenzar a reducir la tendencia de su gato hacia el juego brusco. Para ello, brinde a su gato juguetes divertidos e interesantes que desencadenarán su instinto de presa y proporcionarán una salida para el comportamiento lúdico. Pase algún tiempo cada día jugando con su gato.
Use un juguete largo y colgante para alentar al gato a jugar con un objeto inanimado en lugar de batear con las manos, levantarse o alejarse si el gato comienza a morder, arañar o atacar. Además, es importante recordar que detener el comportamiento de juego brusco significa que nunca debes alentar a un gato a que se muerda las manos o cualquier parte de tu cuerpo.
Si el comportamiento de juego de su gato se ha convertido en un problema, utilice los consejos anteriores para poner fin al patrón. Si todo lo demás falla, no dude en llamar a un conductista de gatitos para ayudarlo a garantizar que los patrones de juego de su gato sean seguros, divertidos y cómodos para cada miembro de la familia.