Mantener la hidratación es un aspecto importante del instinto de su perro para sobrevivir y mantenerse saludable.
Dado que el agua representa más del 60 por ciento del peso corporal de un perro, y debido a que la respiración, la salivación, la defecación y la orina son responsables de pérdidas significativas de agua del cuerpo de un perro, es lógico que los perros necesiten tomar una buena cantidad de líquido cada día de lo que comen y beben.
Esto se logra mediante una serie de complejos mecanismos de retroalimentación que controlan directamente la salida urinaria y el centro de sed de un perro. La mayoría de los perros de tamaño promedio (alrededor de veinticinco libras) consumirán al menos dieciséis onzas de líquido en un día, ya sea directamente o como parte de sus alimentos. Sin embargo, el clima más cálido y el aumento en el ejercicio les impondrán mayores exigencias y requerirán una mayor ingesta de líquidos.
Un poco de beber y orinar extra por lo general no es algo de lo que preocuparse. Sin embargo, si observa incrementos abruptos en estas dos funciones importantes, probablemente valga la pena prestar más atención.
Qué buscar
Comience midiendo la cantidad de agua que su perro está bebiendo realmente en un período de veinticuatro horas. Un perro sano promedio bebe aproximadamente 1/2 a 1 onza de agua por libra de peso corporal por día.
La cantidad de agua que su perro está bebiendo es una información importante para compartir con su veterinario y puede ayudar a evitar las pruebas innecesarias. Tenga en cuenta que los perros son bebedores muy descuidados e ineficientes. Lavan el agua en lugar de beber de la misma forma que nosotros, así que ten en cuenta este hecho y la cantidad de agua que termina en el piso cerca del recipiente de tu perro.
Qué hacer
Hágase las siguientes preguntas para determinar qué hacer a continuación:
- ¿Ha cambiado recientemente algo en la dieta de su perro? Los alimentos y golosinas que son ricos en ciertos ingredientes (como el sodio) tenderán a aumentar la sed de su perro.
¿Tu perro toma algún medicamento? Algunos medicamentos pueden aumentar la sed de un perro, especialmente los esteroides y aquellos dirigidos a la enfermedad cardíaca y el control de las convulsiones. - ¿Tu perro tiene fiebre? Al igual que las personas, los perros se vuelven sedientos cuando tienen temperaturas corporales elevadas. Si bien el uso de un termómetro rectal es la forma más precisa de medir, puede hacerse una idea bastante buena de si su perro tiene fiebre simplemente al sentir sus orejas y la ingle. Los perros con fiebres altas tienden a irradiar calor desde estas áreas.
- ¿Tu perro tiene una infección? Las infecciones bacterianas y virales a menudo son la causa de la fiebre en los perros, lo que resulta en un aumento de la sed. Otros mecanismos de retroalimentación relacionados con la infección también pueden estimular la sed del perro, lo que explica por qué los perros infectados a menudo tienen un deseo insaciable de beber.
- ¿Tu perro está deshidratado? La deshidratación es probablemente la razón más obvia por la cual un perro estaría bebiendo en exceso, pero una deshidratación notable sugiere que alguna influencia externa, como la enfermedad o el acceso restringido al agua, ha impedido que el perro se mantenga al día con sus necesidades.
Para comprobar la deshidratación notable, tome un puñado de piel del cuello de su perro. Levante hasta donde se estire, luego suéltelo. La piel de un perro bien hidratado volverá bruscamente a su lugar, mientras que la de un perro deshidratado volverá lentamente a su posición original, formando una «carpa» en el proceso.
Si esta prueba no parece concluyente, intente levantar el labio de su perro para inspeccionar sus encías. Las encías húmedas, resbaladizas y reflectantes son saludables. Las encías apagadas y pegajosas confirman la deshidratación.
- ¿Tu perro está enfermo? Los perros que beben cantidades excesivas de agua sin una explicación obvia siempre deben examinarse para detectar una enfermedad subyacente. Por lo general, esos perros también orinan grandes cantidades, ya que el tracto urinario y el centro de la sed están estrechamente relacionados. No se deje engañar por pensar que esta es una explicación simple. Sin pruebas, no quedará claro si la bebida está causando orinar o viceversa. Los análisis de sangre pueden identificar enfermedades, como la diabetes y la enfermedad de Cushing, que podrían ser responsables de los aumentos de la sed.