La cistitis es una infección bacteriana del revestimiento de la vejiga. Las infecciones uretrales en hombres y mujeres a menudo preceden episodios de cistitis.
Otras causas predisponentes incluyen el aumento de la edad, la diabetes mellitus y la terapia con corticosteroides a largo plazo. En hombres sexualmente intactos puede haber una prostatitis preexistente. Los perros que pasan largos períodos de tiempo sin eliminar tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones de la vejiga.
Los cálculos urinarios pueden ocurrir como resultado de la cistitis. Las bacterias forman un nidus (un punto central) alrededor del cual se desarrolla la piedra.
El signo principal de cistitis es la micción frecuente y dolorosa. Al orinar, la orina puede aparecer turbia y tener un olor anormal. Las mujeres con cistitis pueden lamerse la vulva y tener flujo vaginal. El diagnóstico se confirma mediante un análisis de orina que muestra bacterias, glóbulos blancos, y a menudo, glóbulos rojos en la orina.
Tratamiento
La cistitis debe tratarse con prontitud para prevenir la infección renal. Su veterinario le recetará un antibiótico oral que sea efectivo contra la bacteria en cuestión. Los antibióticos se administran durante dos o tres semanas, después de lo cual se debe revisar la orina nuevamente para asegurarse de que la infección se haya eliminado.
Los acidulantes urinarios pueden usarse para ayudar a evitar que las bacterias se adhieran a la pared de la vejiga. Las moras y las frambuesas tienen compuestos llamados elagitaninos que evitan las adherencias bacterianas a la pared de la vejiga. Los arándanos tienen una acción similar, y todas estas bayas pueden ayudar a reducir el pH de la orina. Un segundo ataque sugiere un problema secundario, como piedras en la vejiga, y la necesidad de un examen veterinario. Se pueden hacer radiografías o un ultrasonido en este momento. El segundo ataque se trata con antibióticos seleccionados sobre la base de pruebas de cultivo y sensibilidad. Se realiza un seguimiento del cultivo de orina uno o dos meses después de suspender el tratamiento. Las formas crónicas de cistitis pueden requerir el uso de antisépticos urinarios o antibióticos a largo plazo administrados antes de acostarse.
Se ha demostrado que la glucosamina y el sulfato de condroitina ayudan a algunos gatos con infecciones urinarias recurrentes. Estos son suplementos seguros que pueden ayudar a los perros, aunque hasta ahora no hay evidencia de que afecten los problemas del tracto urinario en los perros.