No importa de qué forma, tamaño o raza de perro compartamos nuestras vidas, su ancestro común es Canis lupus, el lobo. Estos caninos silvestres son verdaderos carnívoros y sobreviven con una dieta predominantemente de carne.
¿Qué pasa con nuestros perros? ¿Han conservado esas tendencias carnívoras o la domesticación les ha permitido prosperar con otras dietas?
Tanto el perro doméstico como el lobo son parte del género Carnivoro. Los lobos cazan y atrapan presas y su dieta es, por lo tanto, principalmente proteína de carne con poco material vegetal. No tienen una ingesta de alimentos regular. Comen cuando atrapan presas, y si no lo hacen, entonces tienen que lidiar con un período en el que simplemente no comen.
Se cree que los perros domésticos evolucionaron por primera vez desde el lobo hace entre 10.000 y 20.000 años. Sin embargo, no está del todo claro cómo ocurrió la domesticación y existen algunas teorías asociadas con esto. Algunos científicos piensan que los lobos comenzaron a asociarse con los humanos cuando creamos asentamientos y comenzamos a plantar cultivos alimentarios. Otros piensan que los lobos comenzaron a acompañar a las personas cuando aún vivían como un tipo de existencia de cazador / recolector. Nadie está seguro, pero lo que sí parece ser exacto es que los lobos se beneficiaron de comer restos de sobras y los humanos se beneficiaron porque los lobos los protegieron de otros carnívoros salvajes. El resultado de estas interacciones mutuamente beneficiosas fue que la dieta canina cambió. Ya no había banquete ni hambre, con un exceso de comida después de un asesinato seguido de un período de abstinencia. Hubo una ingesta de alimentos más consistente, así como un cambio de una dieta principalmente de carne a una que incluía las sobras humanas.
En 2013, los científicos en Escandinavia descubrieron diferencias significativas entre el tracto digestivo del perro doméstico y el del lobo. Parece que a medida que los perros se domesticaron, sus genes se adaptaron para mejorar la digestión del almidón en comparación con los lobos. Esto significa que los perros pueden digerir mejor los carbohidratos en los alimentos para que puedan beneficiarse de una dieta que incluya más plantas y granos.
¿Cómo afecta esto a cómo alimentamos a nuestros perros? Aunque todavía son parte del género Carnivoro, los perros han desarrollado un hábito de comer más omnívoro. La carne sigue siendo una buena fuente de nutrientes para ellos, pero las dietas que contienen granos también son muy adecuadas. Los perros no son los únicos carnívoros que han cambiado sus hábitos alimenticios a lo largo de los años. El panda gigante también es parte del mismo género pero su dieta es principalmente de plantas de bambú.
Cuando se trata de alimentar a nuestros perros, este descubrimiento sugiere que ya no son carnívoros verdaderos, sino que se parecen más a los omnívoros y obtienen beneficios nutricionales de las plantas y la carne. Esto significa que no hay necesidad de evitar las croquetas que contienen granos, ya que no son solo rellenos; Ellas sí proveen nutrientes. Sin embargo, los perros deben considerarse de forma individual y no hay un solo alimento que sea perfecto para cada perro. La mejor manera de alimentar a su cachorro es encontrar una dieta que cumpla con todos los requisitos nutricionales en los que se desarrollan, para que estén brillantes y alertas, y tengan un cuerpo sano con mucha energía.