Los trastornos vestibulares son comunes en los gatos. El aparato vestibular (llamado laberinto) es un órgano sensorial complejo compuesto por tres canales semicirculares, más el utrículo y el sáculo.
El laberinto es estimulado por la gravedad y los movimientos de rotación. Juega un papel importante en el equilibrio y la orientación del cuerpo en el espacio. La inflamación del laberinto se llama laberintitis.
Un gato con laberintitis tiene un problema con el equilibrio. El animal se tambalea, hace círculos, cae y se da la vuelta, y tiene problemas para enderezarse. Puede apoyarse contra la pared para apoyarse y agacharse al piso cuando camina. El gato a menudo muestra movimientos oculares rápidos y espasmódicos (nistagmo), y su cabeza generalmente se inclina hacia abajo en un lado. Cuando lo levanten y lo giren en un círculo, el gato actuará aún más mareado. Puede haber vómitos y sordera.
Una causa común de laberintitis es la infección del oído interno. Otras causas incluyen apoplejía, tumor cerebral, traumatismo craneal, infección cerebral, intoxicación por drogas (especialmente por los antibióticos aminoglucósidos) y deficiencia de tiamina.
Un defecto vestibular congénito se ve en razas orientales. Los gatitos muestran una inclinación de cabeza, círculos y comportamientos de balanceo. Los gatitos siameses con esta condición también pueden ser sordos. No hay cura.
El síndrome vestibular idiopático es la causa más común de laberintitis en gatos. El inicio es repentino y la causa es desconocida. Los signos incluyen inclinación de la cabeza y nistagmo, y los gatos pueden tener dificultades para caminar.
Tratamiento: en casos de síndrome vestibular idiopático, en dos o tres días, el gato comienza a recuperarse por sí mismo. En la mayoría de los casos, el gato está bien en tres semanas, aunque algunos gatos mantienen una inclinación permanente de la cabeza. Durante el período de recuperación, el gato necesitará cuidados de apoyo.