Las úlceras de estómago y duodenales se diagnostican con más frecuencia en perros debido al uso más amplio de la gastroscopia.
Visto a través del endoscopio, las úlceras superficiales son parches de mucosa inflamada y erosionada cubierta de pus blanca o amarilla. Las úlceras profundas son áreas perforadas que involucran todas las capas de la pared del estómago. Las úlceras pueden ser simples o múltiples, y pueden variar en tamaño desde menos de 1 pulgada (2.5 cm) hasta varias pulgadas de diámetro. Las úlceras ocurren más a menudo en el estómago que en el duodeno.
Las bacterias a menudo son la causa de las úlceras en los humanos, pero generalmente no se cree que las úlceras en los perros sean causadas por bacterias estomacales, aunque se han encontrado especies de Helicobacter en perros. La causa habitual en los perros son los corticosteroides o los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina y el ibuprofeno. Los perros son aún más susceptibles que las personas a los efectos de estas drogas que producen úlceras.
Otras afecciones que predisponen a un perro a las úlceras incluyen todas las formas de enfermedad hepática, insuficiencia renal, estrés extremo (por enfermedad grave o cirugía mayor), gastritis crónica (particularmente el tipo eosinófilo) y shock.
Los tumores de mastocitos de la piel pueden causar úlceras. Esto se debe a que estos tumores producen y liberan histamina, que es un poderoso estimulante de la secreción ácida. De hecho, las úlceras ocurren en hasta 80 por ciento de los perros con tumores de mastocitos.
El signo principal de una úlcera es el vómito esporádico o crónico. Los perros también pueden perder peso y ser anémicos. En perros con signos inespecíficos, como vómitos crónicos, el diagnóstico se realiza por gastroscopia.
Ocasionalmente, el vómito contiene sangre vieja (que parece café molido) o sangre fresca y coágulos de sangre, aunque el sangrado en muchas úlceras es microscópico. Con sangrado rápido, el perro entra en estado de shock y pasa heces negras y alquitranadas. Las úlceras estomacales y duodenales pueden romperse en el abdomen, causando peritonitis.
Tratamiento: las úlceras perforadas requieren cirugía de emergencia. Los perros con hemorragia gastrointestinal deben ser hospitalizados para observación y exámenes adicionales. La anemia grave se trata con transfusiones de sangre. Es importante identificar y eliminar las causas predisponentes. Suspender todos los medicamentos que producen úlceras.
Las drogas de úlcera usadas en personas son efectivas en perros. Incluyen los bloqueadores de histamina Tagamet (cimetidina), Pepcid (famotidina) y Zantac (ranitidina); los protectores mucosales Carafate (sucralfato) y Cytotec (misoprostol); Prilosec (omeprazol); y antiácidos como Mylanta, Maalox y Amphogel. Estos medicamentos se toman mejor en combinación (un antiácido junto con un bloqueador de histamina), varias veces al día. Un veterinario debe determinar la combinación de medicamentos y el programa más efectivo. El tratamiento se continúa durante al menos tres a cuatro semanas. Se recomienda una gastroscopia de seguimiento para garantizar que se complete la curación.