Los comportamientos anormales o procesos de pensamiento de individuos que son aleatorios y transitorios son temas difíciles de tratar y de encontrar la causa. El término médico para este problema se llama delirio.
Cualquier cambio neurológico en una persona necesita ser evaluado a fondo para excluir cualquier problema grave. Los problemas que deben excluirse incluyen los siguientes:
- El uso de drogas, sustancias y medicamentos como opioides, esteroides o alcohol e incluso la abstinencia de sustancias.
- Las infecciones, especialmente las que afectan el sistema nervioso central, pero también las infecciones urinarias y respiratorias deben ser excluidas.
- Las causas metabólicas incluirían problemas como la deshidratación (que conduce a desequilibrios electrolíticos), anemia, desnutrición, trastornos endocrinos como hipertiroidismo e hipercalcemia e hipoglucemia.
- Trauma a la cabeza
- Hipoxia, que es la falta de oxígeno en el cerebro. Esto puede ser causado por un derrame cerebral e incluso un ataque al corazón.
- Los problemas psiquiátricos, como el aumento de los factores estresantes, pueden hacer que un paciente sufra delirio. Los eventos físicos como el dolor, las enfermedades terminales y la restricción son también posibles causas.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas del delirio pueden ocurrir de unas pocas horas a algunos días, dependiendo de la causa, y tienden a fluctuar durante el día y empeorar durante la noche.
Los signos y síntomas del delirio se clasifican de la siguiente manera:
Conocimiento reducido del propio entorno
- Los pacientes no se mantienen enfocados en un tema o cambian entre ellos.
- Se distraen fácilmente por aspectos no importantes.
- Se quedan atrapados en una idea en lugar de dar una respuesta adecuada a una conversación.
- Hay poca respuesta a su entorno y parecen retraídos.
Deterioro cognitivo
- Los pacientes están desorientados por el lugar, la persona y el tiempo.
- Poca recuperación de memoria, especialmente a eventos recientes.
- Hablando con dificultad, con dificultad para recordar palabras o dificultad para hablar.
- Hay problemas para entender el habla y también para leer o escribir.
Problemas emocionales y perturbaciones
- Ira o estar irritado.
- Euforia.
- Miedo o ansiedad
- Paranoia.
- Apatía
- Cambios de humor que ocurren rápidamente y son impredecibles.
- Cambios de personalidad
Cambios en el comportamiento
- Inquietud, agitación o ser combativo.
- Movimientos disminuidos.
- Letargo.
- Patrones de sueño anormales.
- Alucinaciones.
- Hacer gemidos u otros ruidos anormales.
- El ciclo de sueño-vigilia se invierte.
- Se vuelve silencioso y retraído.
Diagnóstico
Para determinar la causa del delirio, los problemas mencionados anteriormente se excluyen realizando las siguientes investigaciones:
- Se realiza una evaluación del estado mental para evaluar el estado mental del paciente, así como la percepción y el recuerdo de la memoria.
- Se realiza un examen físico y neurológico para excluir cualquier problema de salud visible.
- Se realizan análisis de sangre y orina para excluir infecciones y problemas de electrolitos. Las pruebas de imágenes cerebrales también se realizan para excluir cualquier problema intracraneal.
Formas de control
El modo en que se maneja el delirio siempre dependerá de la causa del problema. Es posible que sea necesario revisar los medicamentos o tratar las infecciones / anomalías endocrinas y revertir las alteraciones electrolíticas.
La mejor manera de ayudar a prevenir una recurrencia es tratar de evitar los factores de riesgo que pueden desencadenar un episodio de delirio. Por lo tanto, los buenos hábitos de sueño, la promoción de un ambiente tranquilo y mantener al paciente bien orientado son aspectos muy importantes que ayudarán a mejorar la salud del paciente y a prevenir posibles recurrencias.