La sordera puede ocurrir en los dos casos. La primera está relacionada con los impedimentos que afectan a los órganos y tejidos que están todos juntos clasificados como partes conductoras del sonido.
La otra opción es el daño del nervio que está a cargo de la audición. La pérdida conductiva ocurre cuando el sonido de la zona circundante no puede ser transferido apropiadamente porque algo está bloqueando el canal auditivo. Este tipo de sordera es el resultado de diferentes condiciones como infecciones del oído externo e interno, formación excesiva de cera de oído y así sucesivamente. La persona en este caso puede oír pero los sonidos son débiles o amortiguados. La pérdida de audición neural ocurre como consecuencia del daño del nervio acústico. El nervio va desde el oído interno hasta el área especial del cerebro que está a cargo del reconocimiento de los sonidos. En algunas personas, la pérdida auditiva es una consecuencia de una mezcla entre pérdida conductiva y neural.
Causas de la pérdida auditiva
Pérdida de la audición relacionada con el embarazo
Algunas personas nacen sin capacidad de oír. En este caso la causa es desconocida, pero se cree que la condición resultó como consecuencia de ciertas infecciones virales durante el embarazo o cuando la madre ha utilizado ciertos medicamentos que generalmente pueden conducir a la sordera del bebé.
Enfermedad y pérdida auditiva
Las infecciones del oído son la causa principal de la sordera. La infección siempre es seguida por la acumulación de moco que presenta el obstáculo para el sonido. El daño puede ser temporal o permanente dependiendo de la estructura que haya sido afectada durante la infección.
Aparte de las infecciones, la otosclerosis es otra condición que conduce a la pérdida de la audición. La otosclerosis es una enfermedad hereditaria y se caracteriza por el crecimiento excesivo de estructuras óseas dentro del oído. Tanto el oído medio como el interno pueden verse afectados. La enfermedad es progresiva y las estructuras óseas que ya se han formado sólo pueden ser eliminadas por ciertos procedimientos quirúrgicos.
Y finalmente, los pacientes que sufren de meningitis pueden tener dificultades con la audición, pero sólo si la infección se ha propagado desde las meninges a los oídos.
Lesiones en el oído
Hay algunas lesiones que pueden conducir a la pérdida de la audición. La más común es la perforación del tímpano. Afortunadamente, el orificio se cura por sí solo y la pérdida auditiva se restaura.
Además, objetos extraños pueden ser empujados hacia el conducto auditivo externo y causar pérdida auditiva. Esto sucede principalmente en los niños pequeños que tienden a jugar con pequeñas cosas pequeñas y empujarlas en los oídos.
Lesión en el oído puede ser causada por la explosión. El repentino cambio de presión conduce a la perforación del tímpano. Incluso una fuerte bofetada en la cara puede ser una causa de la lesión del oído.
El daño nervioso ocurre en diferentes condiciones. Una vez que el nervio es dañado no hay reparación adecuada y la función nerviosa se pierde para siempre.
Y, por último, la exposición crónica al ruido, ya sea ocupacional o esporádica, conduce a una pérdida auditiva progresiva.