La hipoxia es la falta de oxígeno. Esta condición puede desarrollarse en numerosas enfermedades.
El principal problema de la hipoxia es la cantidad insuficiente de oxígeno en la sangre, el suministro inadecuado de oxígeno a los tejidos y, en caso de que la insuficiencia dure lo suficiente, el tejido afectado comienza a deteriorarse. El cerebro es más susceptible a la falta de oxígeno y siempre es el primer órgano que se deteriora si no hay suficiente oxígeno en la sangre. Hay una variedad de causas que conducen a la hipoxia. Ciertas condiciones del corazón, envenenamiento, asfixia y estrangulación son solo algunas de ellas.
Síntomas de la hipoxia
Esta condición es seguida por dolores de cabeza intensivos, cianosis, dificultades para respirar, como falta de aliento y agotamiento. Un paciente puede quejarse de las náuseas e incluso hay casos de coma y resultado letal. Los síntomas varían drásticamente según el grado de hipoxia y la salud general de los pacientes.
Causas de la hipoxia
La hipoxia se produce en los ataques cardíacos, asma y embolia pulmonar. El traumatismo craneal grave también puede ir acompañado de hipoxia. El envenenamiento con ciertos químicos y humos, especialmente el envenenamiento por monóxido de carbono, conduce a una caída drástica en la saturación de oxígeno. La asfixia también evita que el oxígeno ingrese al cuerpo.
La hipoxia puede ser hipóxica, anémica, hipémica, histotóxica y estancada. La hipoxia hipóxica se desarrolla debido a un suministro inadecuado de oxígeno. Está presente en la ascensión a la altura, la apnea del sueño y la insuficiencia cardíaca. La hipoxia anémica es una consecuencia de la producción insuficiente de glóbulos rojos que se encargan del transporte de oxígeno en el cuerpo. La hipoxia hipémica es causada por la obstrucción y la incapacidad para administrar oxígeno. La intoxicación por monóxido de carbono es solo un ejemplo de hipoxia hipémica. La hipoxia histotóxica se desarrolla cuando el oxígeno transferido no puede ingresar a las células. Y finalmente, en la hipoxia estancada, la sangre está bien provista de oxígeno, pero no se puede transferir a todos los tejidos.
Tratamiento de la hipoxia
El tratamiento de la hipoxia depende de la intensidad de los síntomas y la causa subyacente. Existen varias modalidades de tratamiento. El principio básico es proporcionar un suministro adecuado de oxígeno mediante el uso de máscaras de oxígeno. Después de que se encuentra la causa subyacente, el tratamiento de esta afección puede resultar en un mejor suministro de oxígeno. El seguimiento de los pacientes hipóxicos es esencial. Aparte del oxígeno, lo más frecuente es que necesiten una terapia adicional que se administre fácilmente por vía intravenosa. La fatiga y el aturdimiento pueden provocar caídas, por lo que estos pacientes deben permanecer en cama.
Algunas formas de hipoxia pueden prevenirse. La hipoxia relacionada con la altitud se puede prevenir si una persona se prepara y se acostumbra gradualmente a la altura.