Cuando el líquido sinovial se sale de la cápsula de la articulación, se traduce en una condición llamada quiste de Baker. El líquido sinovial sirve para lubricar las articulaciones de la rodilla, por lo que esta condición es más probable que se presente en pacientes que ya sufren de un tipo de enfermedad degenerativa de las articulaciones u osteoartritis. Otro motivo de quiste de Baker puede ser una lesión o inflamación de las articulaciones, o puede surgir de un problema de tipo crónico, que no sea la enfermedad degenerativa de las articulaciones.
Si aparecen los síntomas adecuados, bien puede haber una necesidad de cirugía de extracción. Otra manera de tratarlo es por aspiración de los contenidos que causa el malestar. Este método, sin embargo, puede llegar a ser insuficiente, ya que hay casos en que la condición vuelve a aparecer. Por lo tanto la extirpación del quiste es una mejor opción en general.
La cirugía en sí es bastante simple. Conlleva riesgos comunes de sangrado e infección. Sin embargo, es bastante rápido y el tratamiento de recuperación es bastante básico. En cuanto a las complicaciones no relacionadas con cualquier procedimiento médico, se conocen casos en los que el quiste creció lo suficiente como para realmente estallar, causando inflamaciones en la zona afectada.
La eliminación quirúrgica se lleva a cabo normalmente a través de una incisión hecha en la parte posterior de la rodilla. Al ser más radical que otros métodos, este procedimiento sólo se recomienda si hay una cantidad considerable de molestias causadas por el quiste.
Una vez que el paciente está anestesiado, el cirujano hará que la piel en el área en cuestión esté libre de infecciones. La incisión se hace en el quiste localizado. La separación del tejido circundante se produce. Especialmente se recomienda precaución, a fin de mantener los nervios circundantes y los vasos sanguíneos del daño.
Después del procedimiento, la rodilla será vendada y se programará un chequeo. El retiro de puntos por lo general ocurre en aproximadamente 2 semanas. Los posibles efectos secundarios incluyen molestias leves tratadas con medicamentos para el dolor. Estos se prescriben y deben tomarse estrictamente con las instrucciones. La complicación más frecuente durante este período es una infección. En su ausencia, se espera una recuperación completa en unas cuatro semanas.
En conclusión, es importante saber que, si bien esta condición está lejos de ser peligrosa para la vida, puede suponer un cierto malestar grave. Además, sus síntomas pueden señalar injustamente a problemas más graves. Por eso es importante saber que esta condición se limita a la rodilla. Este tipo de quiste no es canceroso y no puede evolucionar en él. La eliminación completa por lo general, da los mejores resultados, además una prevención completa de nuevos quistes, sólo se puede lograr a través de tratar las causas subyacentes.