La rótula es una parte del cuerpo universalmente conocida. Luxación de la rótula es una deformidad en los perros que se adquiere en el nacimiento, causando que la rótula se desarrolle fuera del canal previsto, por lo que los huesos están retorcidos y dejándolos con la incapacidad de caminar correctamente.
La luxación de la rótula se puede reconocer por la cojera, la manera irregular de caminar, el dolor y la pierna endurecida. Si el perro muestra alguno de estos signos, es importante consultar a un veterinario de inmediato porque la luxación de la rótula no es un problema que debe ser ignorado, ya que puede conducir a la artritis y otras complicaciones adicionales.
La luxación de la rótula es una cuestión que debe resolverse con la cirugía. Hay algunas distinciones en el tipo de luxación de la rótula y el curso de la cirugía depende de ellos.
Si el problema reside en el surco o en el canal en el que la rótula debe estar originalmente, la cirugía requiere la fijación de ese canal. La forma en que esta cirugía corrige el surco es mediante una técnica que se denomina osteotomía en bloque. Durante la osteotomía de bloque, se elimina una sección de un hueso en la ranura que es innecesaria, haciendo espacio para que la rótula se ajuste en su lugar correcto.
Sin embargo, esto puede no ser siempre el problema. A veces la luxación de la rótula ocurre cuando el ligamento no está conectado al hueso correspondiente de la manera que debe ser. La conexión entre el ligamento rotuliano y el hueso, que se denomina tibia, se denomina cresta tibial. La manera de corregir esta deformidad es colocando el ligamento en su lugar correcto y esto se hace mediante una pequeña incisión en la cresta tibial y luego volver a colocar el hueso en esa posición.
Después de la cirugía, la pierna ni siquiera requiere vendajes y se espera que cure lo suficiente justo a tiempo para la rehabilitación que sigue poco después. Los resultados de la recuperación normal deben ser visibles después de un par de semanas, cuando el perro debe ser capaz de caminar ligeramente. Unos meses después de eso, la pierna debe ser utilizada en todas las actividades sin dificultad. Si la recuperación no sigue este patrón, un cirujano debe ser informado para ver cuál es exactamente el problema.
Finalmente, hay algunos efectos secundarios posibles a esta cirugía, pero son muy raros. Uno de ellos es la muerte anestésica, que es un riesgo para cualquier cirugía, pero no sucede a menudo, como se ha dicho. Otro efecto secundario es el riesgo de infección. Además, uno tiene que asegurarse de que el perro no es demasiado activo durante unos dos meses después de la cirugía, ya que puede estropear sus efectos y requerir una segunda cirugía.