Las actividades físicas regulares y una alimentación saludable son muy importantes para la buena salud a cualquier edad, y especialmente a mayor edad.
Una alimentación y una dieta saludables reducen el riesgo de cáncer, enfermedad cardíaca, obesidad, diabetes tipo 2 y otras enfermedades.
La alimentación saludable comienza con aprender a comer de forma inteligente; no es solo lo que comes, sino cómo comes. Sus buenas elecciones alimenticias pueden reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardíacas, así como también defenderse contra la depresión.
Consejos sobre el plan de alimentación saludable
Mastique sus alimentos lentamente y tome tiempo para masticar su comida y disfrutarla. Tendemos a apurar nuestras comidas, olvidándonos de probar y sentir lo que está en nuestras bocas. Reinventa la alegría de comer.
Lo principal de cualquier dieta saludable es la moderación. A pesar de lo que ciertas dietas de moda te harían creer, todos necesitamos un equilibrio de proteínas, fibra, carbohidratos, vitaminas, grasas y minerales para mantener un cuerpo sano. Cuando se prohíben ciertos grupos de alimentos, es natural querer esos alimentos más, y si se siente atraído por los alimentos salados, dulces o insalubres, comience por reducir el tamaño de las porciones, y más tarde puede sentir que los anhela menos.
Coma con otros miembros de su hogar siempre que sea posible. Comer con otras personas tiene diversos beneficios emocionales y sociales, especialmente para los niños, y le permite adaptar hábitos alimenticios saludables. Comer frente a la computadora o la televisión a menudo lleva a comer en exceso.
Piensa en porciones más pequeñas. En casa, comienza pequeño; use platos más pequeños, piense en los tamaños de las porciones; su ración de pollo, pescado o carne debe ser del tamaño de una baraja de cartas. Se pueden aprender hábitos de alimentación saludables y es importante reducir la velocidad y pensar en la comida como alimento en lugar de simplemente como algo para disfrutar.
Siempre coma el desayuno y trate de comer comidas más pequeñas durante el día; comer comidas saludables y pequeñas durante el día en lugar de las tres comidas grandes estándar mantiene su energía.
Las frutas y verduras son imprescindibles en cualquier dieta saludable: son bajas en calorías y ricas en nutrientes, lo que significa que están llenas de minerales, fibra, vitaminas y antioxidantes. Las frutas y verduras deben ser parte de cada comida y su primera opción para un refrigerio, y los antioxidantes y otros nutrientes en las frutas y verduras ayudan a proteger contra ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades.
Algunas buenas opciones de verduras son las verduras verdes, que están repletas de magnesio, calcio, potasio, zinc, hierro, vitaminas CA, E y K, y ayudan a fortalecer los sistemas respiratorios y la sangre.
Una gran variedad de frutas también es importante para una dieta saludable. La fruta proporciona vitaminas, fibra y antioxidantes. Las naranjas y los mangos tienen vitamina C, las bayas son anticancerígenas, las manzanas proporcionan fibra, y así sucesivamente.
Las verduras naturalmente dulces pueden agregar dulzura a sus comidas y reducir sus antojos de otros dulces, y son zanahorias, cebollas, maíz, remolacha, batatas y calabaza de invierno.
Intente elegir carbohidratos saludables y fuentes de fibra, especialmente granos enteros. Los granos enteros son ricos en antioxidantes y fitoquímicos, que ayudan a proteger contra la diabetes, las enfermedades coronarias y ciertos tipos de cáncer. Puede incluir una variedad de granos integrales en su dieta saludable, incluido el mijo, la quinua, el trigo integral, la cebada o el arroz integral.
Trate de evitar la sal, los alimentos procesados, las bebidas azucaradas, los cereales para el desayuno que no sean granos enteros y los granos refinados, como las pastas o los panes.