No hay una persona en el mundo que no sabe lo que es el fútbol y fútbol americano. Presenta uno de los deportes más populares en todo el mundo y una gran mayoría de personas lo siguen en la televisión o van a los partidos que apoyan su equipo favorito. Este deporte tiene algunos elementos únicos de juego y el contacto físico lo hace único y diferente del montón, por tanto, sólo más interesantes a seguir, unirse y explorar. Lo que es más interesante, sin embargo, es que el fútbol tiene muchas influencias positivas en el cuerpo de la persona y la formación de jugarlo. Algunos de sus elementos han demostrado ser increíblemente útiles para llevar una vida sana.
El fútbol, como muchos otros deportes, proporciona el ejercicio físico. Si se juega desde una edad temprana puede ayudar en la formación del cuerpo y la fuerza de uno, así como el desarrollo de los músculos y la estructura ósea durante la vida. Dado que se trata de la aptitud física con el fin de obtener resistencia, velocidad, agilidad, fuerza y muchos más rasgos necesarios para el juego, este deporte se asegura de que el jugador sea un hombre sano en condiciones ideales, obteniendo más y más energía mientras se reproduce. Tener un «hobby» tan saludable, es menos propenso a ser puesto en peligro por las enfermedades del corazón, así como los huesos y músculos.
La adrenalina de jugar al fútbol ayuda en la liberación de la tensión haciendo que las personas que sean más tranquilas y menos propensas a la depresión y el comportamiento agresivo en la vida fuera del campo. Dado que el fútbol se basa en el trabajo en equipo, la gente que juega llega a desarrollar estas importantes habilidades sociales a través de ello y es probable que puedan utilizarlos y aplicarlos en su propia vida social. La comunicación y la vinculación con compañeros añade en el desarrollo de las habilidades sociales antes mencionados. La capacidad de planificación y creación de la estrategia se exploran y se practica, todo aplicable en situaciones de la vida real.
En cuanto a los rasgos humanos y humanas de este deporte, que enseña a las personas a saber estar orgullosos de sus éxitos, pero no presumir, al mismo tiempo, respetando el equipo contrario, así como la aceptación tanto de la propia derrota rival y y el fracaso como una forma productiva de autocrítica y una causa para la auto-mejora.
Sus compañeros de equipo a menudo se convierten en amigos, ya que pasan una cantidad significativa de tiempo en el campo y llegan a conocerse muy bien y transferir esa unión de fuera dentro del mismo campo.
Podríamos decir que este mundo en que vivimos es un campo, siendo la vida del deporte. Se requiere habilidades que adquirimos por vivir, disfrutar dificultades y auto-desarrollo. El fútbol no es más que un microcosmos de la vida misma, y se aprenden muchas cosas no se pueden aplicar en la vida misma.