La dislexia ha estado presente con personas durante mucho tiempo y los registros de las primeras apariciones de esta condición se registraron hace décadas. La dislexia se define como una discapacidad de aprendizaje, que impide que los niños o adultos lean, escriban, y a veces, hablen correctamente.
Existen diferentes grados de dislexia y lo mejor es tratarlo a la edad más temprana, tan pronto como aparezca. Sin embargo, incluso los adultos con dislexia pueden tratarse con éxito.
La dislexia generalmente no tiene nada que ver con el intelecto del niño. Más bien, incluso los niños que de lo contrario se desempeñan bien en la escuela, prestando atención y dando retroalimentación positiva, pueden ser disléxicos. Por lo tanto, la dislexia se desencadena por un deterioro cerebral específico, lo que dificulta a las personas traducir imágenes específicas o sonidos recibidos al lenguaje. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con el daño cerebral, el retraso o la falta de inteligencia.
Razones detrás de la dislexia
Muchas veces, los maestros y los padres no notan dislexia en un niño y esta condición continúa molestando a un individuo, lo que dificulta su tratamiento más adelante. Sin embargo, el niño molesto también puede ser propenso a la depresión y la baja autoestima. Además, el bajo rendimiento en la escuela puede ser producto de la dislexia misma.
Uno de los tipos más raros de dislexia es la dislexia traumática. Aparece debido a un traumatismo en la cabeza, dañando las áreas de lectura y escritura del cerebro. En segundo lugar, tenemos dislexia primaria, que se manifiesta a través de la parte izquierda disfuncional del cerebro de una persona, que no se desarrolla con la edad. Las personas disléxicas que sufren este tipo de trastorno de aprendizaje tienen dificultades para leer, escribir, ortografía y en ocasiones, para hablar, y por lo general, no son capaces de superar el nivel de 4º grado de estas habilidades.
La dislexia secundaria ataca durante el desarrollo hormonal del feto. Esta dislexia es más común entre los niños y desaparece a medida que el niño llega a la madurez.
Además, existen diferentes tipos de dislexia, basados en el aspecto del deterioro del aprendizaje. La dislexia visual dificulta que los enfermos depositen secuencias específicas de símbolos. La dislexia auditiva, por otro lado, se manifiesta a través de dificultades para escuchar grupos de letras o una letra específica, haciendo que el niño oiga solo sonidos revueltos, sin que tenga sentido. Finalmente, la disgrafía es un tipo de dislexia donde el niño es incapaz de sostener el lápiz correctamente y escribir letras.
Diagnostico y tratamiento
Es necesario realizar una serie de pruebas para diagnosticar la dislexia. Los psicólogos y otros profesionales de esta rama médica pueden realizar estas pruebas, prestando atención a lo que está provocando la dislexia en un niño y cómo se manifiesta. La prueba posibilita que los profesionales vean qué aspecto del lenguaje es difícil de entender para el niño y dónde residen los problemas para recibir y leer información.
Estas pruebas son muy confiables. Sin embargo, antes de hacer la prueba, el niño debe dormir lo suficiente y desayunar bien. La prueba se puede hacer con el maestro, en un salón de clases. Sin embargo, no se recomienda que los padres estén presentes.