La persona que se diagnostica con colecistitis en realidad sufre de la inflamación de la vesícula biliar, y la mayoría de los casos está estrechamente relacionada con los cálculos biliares. Además de los cálculos biliares, una serie de condiciones subyacentes también pueden causar colecistitis, y las infecciones dentro de la bilis, o el fluido digestivo para ser más precisas, también son uno de los factores desencadenantes.
Por otro lado, la lesión de la vesícula biliar o su daño también pueden provocar la afección en cuestión. Los síntomas que generalmente están presentes pueden variar desde ictericia a náuseas, vómitos y dolor en el abdomen o el lado superior derecho de la espalda. Aunque esta afección no es demasiado grave, debe tratarse para evitar posibles complicaciones. El tratamiento incluye hospitalización y muy a menudo se debe extirpar la vesícula biliar. Sin embargo, a menos que el caso sea de emergencia, el médico podría recetarle al paciente medicamentos como analgésicos y antibióticos, y si la respuesta es satisfactoria, la cirugía podría no ser necesaria.
Dieta colecistitis
Esas personas que son diagnosticadas con colecistitis definitivamente tienen que hacer algunos cambios con respecto a su dieta. Al seguir la dieta de la colecistitis, los episodios de colecistitis pueden prevenirse, pero aparte de eso, esto también puede contribuir a una recuperación más rápida. Es importante saber que ciertas variedades de alimentos tienden a desencadenar los síntomas de la colecistitis, por lo que es importante evitarlos sin importar cuánto les guste consumir. Los alimentos grasos son los primeros en mencionarse, y la razón principal está relacionada con el hecho de que las grasas no se pueden descomponer tan fácilmente debido al bloqueo de la vesícula biliar, lo que impide que los jugos digestivos lleguen al estómago y al intestino grueso. Esto significa que la persona en cuestión debe olvidarse de la carne roja, los huevos, los lacteos, los alimentos fritos e incluso el chocolate y el helado. Además, aunque se recomiendan verduras, se debe evitar el repollo, la coliflor y similares.
En cambio, se deben consumir alimentos bajos en grasas saturadas, lo que significa más arroz, papas, leche baja en grasa, yogur desnatados y alimentos integrales. A pesar de que la carne no debe consumirse, se permite incluir de tanto en tanto las que no tienen grasa, como carne de res molida, pescado y pollo sin piel. En cuanto a las bebidas, el café, el té negro, el alcohol y las bebidas carbonatadas también deben eliminarse del menú.