Ha habido bastantes estudios sobre el impacto del estrés en los embarazos y las posibilidades de quedar embarazada en primer lugar. Pero ahora, un nuevo estudio de ratones revela que el estrés puede tener un impacto mayor de lo que los investigadores fueron originalmente conscientes. Los ratones cuyas madres estuvieron expuestas al estrés mientras estaban en el útero tuvieron hijos que eran más sensibles al estrés, según el estudio publicado en el Journal of Neuroscience.
Para hacer este estudio aún más interesante, los investigadores de la Universidad de Pensilvania estudiaron la descendencia de ratones machos que estuvieron expuestos al estrés en el útero. Como los padres de ratones no participan en la crianza de los hijos, esto significa que el vínculo es genético… naturaleza, en lugar de nutrir. Las madres originales estuvieron expuestas a situaciones estresantes, pero sin dolor, como el movimiento frecuente de jaulas, el olor a zorro y la ropa de cama húmeda. «Si los padres pueden pasárselo a los hijos, entonces sabemos que se debe encontrar alguna marca en el esperma», dijo Tracy Bale, la autora principal de este estudio. Bale es profesora asociada de neurociencia en la Escuela de Medicina Veterinaria de Penn, y también está asociado con el departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina Perelman de Penn.
El estudio es un ejemplo de epigenética, el estudio de cómo los genes pueden reaccionar a ciertas situaciones y puede ser alterado por muchas generaciones. La pregunta es qué dice este estudio sobre los «genes del estrés» en los humanos. Este no es el primer estudio de este tipo, aunque ofrece ideas interesantes. Un estudio danés previo ya encontró un vínculo entre la esquizofrenia y la exposición de una madre a altos niveles de estrés durante el primer trimestre del embarazo. Una cosa es clara: los humanos recién están empezando a aprender sobre el impacto real de las circunstancias individuales en los genes y en las generaciones futuras.