El cuidado adecuado de los dientes y las encías puede reducir en gran medida el riesgo de enfermedades de los dientes y las encías, y debe ser parte de la rutina diaria.
La atención oral básica incluye cepillado, uso de hilo dental, enjuague, comidas correctas y visitas regulares a la oficina del dentista.
Cepillado
Con el fin de prevenir la caries dental y otras afecciones dentales, es necesario cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Idealmente, el cepillado debe hacerse después de cada comida, sin embargo, esto no siempre es posible.
El cepillado debe durar dos o tres minutos, utilizando un cepillo de dientes suave que se supone que debe reemplazarse cada pocos meses, porque la bacteria puede acumularse o puede perder su forma.
El cepillado debe realizarse con movimientos circulares, cada diente debe cepillarse bien e idealmente las cerdas deben llegar entre los dientes para limpiar cualquier posible residuo adherido allí. La pasta de dientes debe contener flúor, que es esencial para los dientes sanos. Algunas personas se concentran solo en la superficie de los dientes que miran hacia afuera mientras se cepillan y se olvidan del lado que está frente a la lengua, lo cual, por supuesto, necesita ser limpiado también.
También se recomienda cepillar suavemente la lengua, a fin de eliminar los restos bacterianos y refrescar la respiración.
Uso del hilo dental
El hilo dental es una parte importante del cuidado dental porque permite limpiar las partes donde el cepillo de dientes no puede alcanzar. Si la placa, una capa bacteriana que se adhiere a los dientes, no se elimina, puede convertirse en sarro, que no siempre es posible eliminar.
El hilo dental se debe hacer con cuidado, teniendo cuidado de no dañar las encías. Sin embargo, es posible sangrar algo de las encías durante el uso del hilo dental, especialmente en personas propensas a la gingivitis.
Enjuague
Después de cepillarse los dientes y usar hilo dental, se recomienda enjuagar la boca con un enjuague bucal antibacteriano y a base de flúor. Esos enjuagues bucales reducen las bacterias en la boca, en la lengua y en los dientes y así proporcionan una mejor higiene oral. El enjuague bucal no debe tragarse, por lo que no se recomienda para niños menores de seis años.
Dieta adecuada
Se sabe que algunos alimentos causan más daño a los dientes que los demás. Esos alimentos incluyen especialmente productos azucarados y almidón, que aumentan la acidez en la boca, creando un ambiente adecuado para las bacterias. Los caramelos duros se consideran los peores, porque permanecen en la boca por más tiempo.
Se recomienda cepillarse después de comer dulces, chocolate, galletas, pasteles, tartas y otros alimentos azucarados, así como también después de comer papas fritas, palitos de pan, galletas saladas y otros alimentos con almidón.