El trastorno obsesivo compulsivo es un tipo de neurosis obsesiva caracterizada por la imposición de pensamientos y restricciones para realizar acciones que parecen absurdas, dolorosas e inaceptables.
La persona se ve obligada a realizar algunas operaciones, que considera impuestas y desagradables. Si una persona objeta hacerlas, él / ella siente miedo o culpa. Los síntomas típicos del trastorno obsesivo-compulsivo son la obsesión de imaginar, contar, obligar a lavarse las manos o realizar algunas acciones rituales.
Causas
Las causas de este trastorno no se entienden completamente. Las posibles causas incluyen alteraciones en los neurotransmisores (trastorno de la serotonina y la dopamina), predisposición genética, factores psicosociales, la manera en que una persona aprende a reaccionar ante el entorno. En algunos pacientes, el trastorno puede ocurrir después de eventos estresantes, como la pérdida de seres queridos o el embarazo.
Tratamiento
Al comienzo del tratamiento, es importante brindarles a los pacientes y sus familias toda la información posible sobre la enfermedad y familiarizarlos con las opciones de tratamiento.
El tratamiento incluye farmacoterapia y métodos específicos de psicoterapia. Pero la combinación de ambos enfoques es la más efectiva. Los medicamentos recomendados incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (en dosis más altas que en el tratamiento de trastornos depresivos o de ansiedad) y el antidepresivo tricíclico – clomipramina. A menudo es necesario aplicar varios medicamentos antes de que un médico descubra cuál es apropiado para un mejor control de los síntomas. A veces, se aplica una combinación de medicamentos (por ejemplo, antidepresivos y antipsicóticos).
Entre las técnicas de psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual se usa comúnmente. Los métodos de exposición y técnicas de prevención de respuesta generalmente se aplican.
El primer método asume la exposición de los pacientes precisamente a aquellas situaciones que causan ansiedad o miedo, y por lo tanto intentan reducir la sensibilidad y la ansiedad que ocurren en relación con la obsesión. El paciente obtiene las tareas que debe realizar y durante su desempeño se acostumbra gradualmente a tales situaciones, reduciendo la incomodidad. El terapeuta o persona cercana puede ayudar al paciente a llevar a cabo estas tareas.
Las técnicas de prevención de respuestas intentan aliviar las obsesiones y reducir el número de actos rituales. El enfoque cognitivo intenta cambiar la forma de «pensamiento catastrófico» y el sentido de responsabilidad escandaloso.
A veces, los pacientes rechazan la medicación o la implementación de terapia conductual. En estos casos, es importante reconocer esa resistencia y tratar de explicarla, junto con el paciente. La comprensión del comportamiento propio proporciona una comprensión del significado psicológico de los síntomas y de por qué los pacientes a veces se niegan a abandonar los síntomas. Esto es crucial para la aceptación total del tratamiento, la mejoría de los síntomas y el curado de la enfermedad.
Anteriormente, el pronóstico de este trastorno se consideraba pobre, pero el desarrollo de opciones de tratamiento mejoró el resultado de este trastorno. Dado que la naturaleza de este trastorno es crónica, el tratamiento es a largo plazo.