El hígado graso agudo en el embarazo o AFLP es una complicación grave en el embarazo. Afecta aproximadamente a una de cada 7000 mujeres embarazadas. Parece que las mujeres que no han tenido hijos antes o que han tenido múltiples gestaciones están en mayor riesgo que otros.
Esta condición era una vez más peligrosa que hoy. En los años ochenta, la tasa de mortalidad de las madres era del 85%, mientras que en la actualidad se sitúa entre el 12,5% y el 18%. La tasa de mortalidad neonatal es algo menor.
¿Qué es el hígado graso agudo en el embarazo?
El hígado graso se caracteriza por esteatosis microvesicular en el hígado. La esteatosis es básicamente una acumulación anormal de lípidos dentro de las células. Se cree que la causa de esto es la oxidación inadecuada de los ácidos grasos, dando lugar a insuficiencia hepática aguda. Esto probablemente se deba a una deficiencia en la enzima 3-hidroxiacil-coenzima A deshidrogenasa (LCHAD) de cadena larga. Es una enfermedad rara pero potencialmente fatal. Por lo general ocurre en el tercer trimestre o inmediatamente después de la entrega del bebé.
Los síntomas del amante agudo del embarazo no son específicos y pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, falta de apetito, pérdida de peso, ictericia y fiebre.
Para hacer un diagnóstico definitivo del hígado graso agudo del embarazo, es necesario hacer pruebas de laboratorio después de que se sospeche que la condición basó en los síntomas divulgados. Las pruebas de laboratorio muestran anomalías tales como elevación de las enzimas hepáticas, hipoglucemia, aumento del recuento de leucocitos y disminución del fibrinógeno.
Tratamiento para el hígado graso agudo en el embarazo
Una vez realizado el diagnóstico, el único tratamiento eficaz para el hígado graso agudo durante el embarazo es el parto, independientemente de la semana de embarazo en que se encuentre la mujer. El bebé probablemente mostrará signos de asfixia e hipoxia y por lo tanto deberá ser monitoreado de cerca. La cesárea puede ser necesaria si el parto no ocurre dentro de las 24 horas posteriores al diagnóstico. Las mujeres embarazadas con hígado graso agudo a menudo tienen anomalías de coagulación, lo que significa que sus factores de coagulación tendrán que ser reemplazados si la cesárea resulta ser la única opción.
Los pacientes con AFLP necesitan ser monitoreados estrechamente porque la hipoglucemia puede incluso llevar al coma. La función renal también debe ser controlada.
En cuanto al tratamiento quirúrgico, no hay uno que sea requerido o deseado para pacientes con AFLP. De hecho, debido a problemas de coagulación, las intervenciones quirúrgicas se realizan sólo como último recurso. Además, los pacientes deben ser examinados para las laceraciones genitales debido al parto vaginal, con el fin de prevenir o reparar el sangrado serio.