El esfínter pilórico es un músculo que conecta el estómago con el intestino delgado. Cuando este músculo se vuelve anormalmente grande, la comida no puede entrar en el intestino delgado y los pacientes vomitan, se deshidratan y experimentan pérdida de peso. Esta condición se conoce como estenosis pilórica y afecta principalmente a los bebés. Aparte de los vómitos y la deshidratación, estos niños parecen estar siempre hambrientos.
La estenosis pilórica puede ser corregida con un procedimiento quirúrgico realizado para evitar posibles complicaciones.
Como padre, usted puede reconocer los síntomas y signos en su hijo si está prestando atención. Tenga cuidado con el vómito de su niño, que ocurre dentro de media hora después de la comida. En algunos casos, los bebés también pueden vomitar algo de sangre. Los bebés con hambre constante también pueden tener estenosis pilórica, especialmente si quieren comer poco después de haber vomitado. Los cambios en los movimientos intestinales (estreñimiento), contracciones del estómago y pérdida de peso pueden indicar estenosis pilórica. Otro signo de esta condición es la deshidratación, visto como llorar sin lágrimas o letargo.
La condición es grave y si nota cualquiera de estos síntomas, debe consultar al médico de su bebé y pedirle que verifique al bebé.
¿Cómo prevenir la estenosis pilórica?
Esta condición no se puede prevenir. Los pacientes que conozcan los antecedentes familiares de esta condición médica deben prestar mucha atención a su hijo y observar cualquier síntoma. Si aparecen estos síntomas y signos, los padres deben comunicarse con el médico de su hijo inmediatamente. El tratamiento rápido asegurará que su hijo no sufra efectos a largo plazo. Asegúrese de buscar asistencia médica tan pronto como sea posible para permitir un tratamiento apropiado y oportuno para su hijo.
Tratamiento de estenosis pilórica
El procedimiento quirúrgico llamado piloromiotomía es un tratamiento común para la estenosis pilórica. La mayoría de los pacientes pequeños son operados el mismo día que son diagnosticados con esta condición o varios días después, si hay deshidratación o desequilibrio electrolítico para ser resuelto primero.
Este procedimiento requiere anestesia general y por lo general se realiza laparoscópicamente, dejando sólo pequeñas marcas de incisión en el cuerpo. De esta manera, los pacientes son capaces de recuperarse más rápidamente que después de la cirugía tradicional. Después de la cirugía, los bebés pueden necesitar algunos líquidos intravenosos, por lo general durante varias horas o hasta que puedan volver a comer adecuadamente. En raras ocasiones hay algunos vómitos después de la cirugía, pero incluso este problema se resuelve después de varios días.
La cirugía puede complicarse debido a algunas infecciones o sangrado. Sin embargo, esta cirugía no es un factor de riesgo que contribuya a ningún problema futuro con el estómago o el tracto intestinal.