Si la retina (una capa de tejido en la parte posterior del ojo) se separa de la capa de vasos sanguíneos a través de la cual obtiene oxígeno y nutrientes, esto se conoce como desprendimiento de retina. Esta separación priva a las células retinianas de oxígeno y si este estado continúa sin tratamiento, el riesgo de pérdida de visión aumentará. Hay señales de advertencia que indican el inicio del desprendimiento de retina, es posible que pueda salvar su vista.
El desprendimiento de retina no se puede prevenir, pero el reconocimiento temprano puede limitar los efectos de la condición y posiblemente salvar la vista. Si nota alguna de las señales de advertencia, que ahora examinaremos, debe comunicarse con un oftalmólogo lo antes posible.
Signos y síntomas del desprendimiento de retina
No hay dolor debido al desprendimiento de retina. Los signos de advertencia que indican el desprendimiento de retina son: destellos repentinos de luz en uno o ambos ojos, una sombra que cubre una parte de su campo de visión o la aparición de «flotadores». Los flotadores son piezas minúsculas de escombros que hacen que parezca que manchas, pelos o cuerdas flotan ante sus ojos. Si nota alguno de estos síntomas, consulte a un médico lo antes posible.
Tratamiento del desprendimiento de retina
Hay cirugías que pueden reparar el desprendimiento de retina, lágrimas o agujeros. Si el desgarro o el agujero no ha llevado a un desprendimiento completo, su médico puede recomendar cirugía con láser o congelación. La cirugía con láser consiste en dirigir un rayo de luz láser a través de una lente de contacto especialmente diseñada. Este trabajo con láser solda eficazmente la retina y el tejido subyacente en esa área. La congelación o criopexia, implica la congelación de la superficie externa del ojo, directamente sobre el defecto de la retina. Esto crea una pequeña cicatriz que puede asegurar la retina a la pared del ojo.
Si se ha producido un desprendimiento completo, se pueden utilizar otros procedimientos además de cirugía con láser o congelación. El alcance del daño así como el tipo y la ubicación del destacamento determinarán el procedimiento que se llevará a cabo.
Un procedimiento consiste en sangrar la superficie del ojo a través de un proceso conocido como pandeo escleral. Un cirujano también puede decidir drenar y luego reemplazar el líquido en el ojo. Esto se conoce como una vitrectomía, e implica la inyección de gas, aire o líquidos en la cavidad vítrea con el fin de volver a conectar la retina. Estos dos procedimientos se realizan a menudo conjuntamente con otro. La retinopexia también implica la inyección de aire o gas en el vítreo, en forma de burbuja. La burbuja se expande, cualquier fluido que pasa a través del ojo es absorbido y por lo tanto la retina es capaz de volver a unirse a la pared del ojo.
Debe recordarse que la cirugía no siempre es exitosa y que una retina conectada no siempre garantiza una visión normal. Incluso si se observa una mejora, puede tomar varios meses recuperar la visión.