El trastorno por déficit de atención es una afección que afecta principalmente a los niños. Sin embargo, cuando no se trata, puede permanecer con una persona a lo largo de su edad adulta.
TDAH se manifiesta a través de la incapacidad de un niño para mantener la atención, combinado con una tendencia a la hiperactividad y el comportamiento impulsivo. Además, el niño puede sufrir de falta de autoestima, incapacidad para mantener relaciones y desempeño de bajo nivel en la escuela.
Los tratamientos para esta condición consisten principalmente en medicamentos que hacen poco para resolver el problema, pero mucho para mantener los síntomas a raya. Sin embargo, a través de la modificación del comportamiento y la psicoterapia, un niño puede superar con éxito esta condición, creciendo sin TDAH.
Pruebas y diagnóstico del TDAH
Dado que no hay pruebas específicas diseñadas para diagnosticar este problema de comportamiento, se aconseja a los padres que recojan tanta información como puedan, relacionada con la conducta de su hijo. Esto ayudará a los médicos y psicólogos a crear un perfil adecuado del niño, desarrollando una técnica de tratamiento adecuada.
Inicialmente, durante la primera sesión con el terapeuta, su hijo tendrá que responder a una serie de preguntas relacionadas con la salud general, historial médico, comportamiento, problemas y reacciones en ciertas situaciones. Dado que los niños con TDAH tienen problemas para concentrarse y centrarse en la escritura, lectura, juegos de mesa y actividades similares, estas cuestiones también se tienen en cuenta durante el diagnóstico.
El criterio
Un niño tiene TDAH si él / ella hace a menudo errores descuidados en la escuela y no presta la atención a los detalles, teniendo un rato corto de la atención durante juegos y actividades. Además, él / ella no parece prestar atención mientras se habla, no hace tareas u obedece órdenes con respecto a tareas escolares o tareas domésticas. A estos niños no les gustan las actividades exigentes y el compromiso mental. A menudo pierden juguetes y artículos, se distraen fácilmente.
Además, tienden a jugar nerviosamente con sus manos y extremidades, siendo inquietos y casi incapaces de mantenerse calmados y relajados. Pueden hablar excesivamente o dar respuestas antes de ser preguntados por completo, interrumpiendo a la gente comúnmente. En general, los niños con TDAH se comportan diferente de otros niños y muestran síntomas de este trastorno incluso antes de los 7 años, con una duración de al menos 6 meses, ya sea hiperactivo-impulsivo o desatento o una mezcla de ambos.
Diagnóstico falso
El TDAH puede ser confundido con problemas de aprendizaje, de lenguaje o trastornos del estado de ánimo como la depresión. Además, las convulsiones y los problemas de ansiedad tienden a ser mal diagnosticados para el TDAH. A veces, todo lo que está molestando a un niño sospechoso de tener TDAH son problemas visuales o auditivos, síndrome de Tourette, trastornos del sueño o medicamentos, especialmente los problemas de tiroides.
Por lo tanto, los médicos y los terapeutas deben ser muy cuidadosos una vez que se observan los síntomas de un niño, para no dar un diagnóstico incorrecto.