El dolor crónico puede dificultar el funcionamiento de la persona durante las actividades diarias normales, y las investigaciones indican que la mayoría de las personas que sufren dolor, independientemente de la causa, tienen dificultades para hacer ejercicio, participar en actividades sociales y realizar tareas domésticas.
Cada una de estas limitaciones roba aún más a quienes sufren de dolor crónico la calidad de vida que merecen.
La nutrición de calidad es de suma importancia para su salud y sus niveles de energía, pero ¿cómo se las arregla para preparar comidas saludables desde cero si tiene un dolor constante y, además, puede tener problemas de movilidad?
Haciendo tu vida más fácil mientras preparas comidas saludables
Si estás decidido a hacer tus propias comidas, hay algunos «trucos de la vida» (como se les llama en estos días) que pueden hacerte la vida más fácil. Las personas con dolor crónico que resultan de condiciones tan variadas como el trauma y la fibromialgia pueden considerar:
- Preparar comidas rápidas y fáciles que aún estén (semi) sanas, como las pastas de una olla o los salteados.
- Comprar verduras precortadas.
- Usar una olla de cocción lenta, que requiere una interacción mínima de su parte después de preparar los ingredientes.
- Estar sentado en una silla de oficina giratoria de alta calidad mientras prepara la comida en la cocina.
- Cocine grandes cantidades de comida durante una sesión para que pueda tener comidas congeladas el resto del tiempo.
- Cocine por etapas: primero corte los alimentos, luego descanse y luego cocínelos. Una mujer me dijo que programó un temporizador para que supiera cuándo podría tomarse un descanso, y también me dijo que contar en su cabeza la ayudó a limpiar la cocina después de cocinar.
- Obtenga sus comestibles a domicilio, para que no tenga que preocuparse por esa parte al menos.
- Los electrodomésticos son tus amigos. Desde batidoras hasta abrelatas eléctricos, tome lo que necesita y pueda.
- Coloque los artículos en un lugar donde pueda alcanzarlos fácilmente.
Puede tomar un tiempo encontrar estrategias que funcionen para usted. Algunas personas preferirán obtener mayores cantidades de cocción en una sola sesión para que no tengan que hacerlo de nuevo al día siguiente, mientras que otras personas, especialmente aquellas que también sufren de fatiga, pueden encontrar que cocinar funciona mejor. En pequeñas dosis.
Algunas personas encontrarán un gran alivio al adaptar sus cocinas a sus necesidades; por ejemplo, al tener una superficie donde puedan sentarse cómodamente o mover los gabinetes de la cocina hacia abajo para poder alcanzarlos más fácilmente. Esto puede ser costoso, pero puede ahorrarle mucho dolor durante mucho tiempo.
¿Qué pasa si simplemente no puedes cocinar más?
¿Qué pasa si estás en la etapa donde ya no puedes cocinar?
A menos que viva solo, pida ayuda y espere recibirla. Incluso los niños más pequeños pueden ayudar en la cocina, por ejemplo, entregándole los ingredientes. No te sientas culpable por pedir ayuda.
Los servicios de entrega de comidas pueden ser una opción para usted.
Puede encontrar a alguien, no necesariamente un cocinero profesional costoso, solo alguien que es bueno en la cocina, para preparar comidas que luego puede congelar. Calentarlas aún puede ser difícil para usted, pero debería ser mucho menos.
[expand title=»Referencias«]
- Una revisión del impacto del dolor crónico en los pacientes, su entorno social y el sistema de atención médica www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4935027/
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