Algún día, es posible aprovechar el sistema inmune y forzarlo a combatir la enfermedad de Alzheimer. Un estudio reciente nos acerca un paso más para hacer de esto una realidad.
La enfermedad de Alzheimer es una afección neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Alrededor de 1 de cada 10 personas mayores de 65 años tienen Alzheimer. A pesar de su prevalencia preocupante, todavía no hay cura ni forma de desacelerar su progresión.
Los mecanismos exactos detrás de la enfermedad de Alzheimer no se conocen por completo, pero se sabe que una acumulación tóxica de una proteína llamada beta amiloide es importante. A medida que aumentan los niveles de placas amiloides, las células nerviosas comienzan a desaparecer.
Con los años, se ha vuelto cada vez más claro que el sistema inmunitario juega un papel en esta condición disruptiva. Sin embargo, es una relación complicada y de doble filo.
Por ejemplo, el sistema inmune tiene el potencial de desacelerar la progresión del Alzheimer al eliminar la proteína tóxica; por otro lado, las células inmunitarias pueden reaccionar a las placas amiloides y desencadenar una respuesta inflamatoria que, a la larga, causa más daño al tejido cerebral.
La importancia de microglia
Un tipo de célula inmune que parece fundamental es la microglía , que es un tipo de macrófago que forma la primera línea de defensa del cerebro. Estas células son responsables de limpiar el cerebro de desechos, toxinas y patógenos.
En la enfermedad de Alzheimer, sin embargo, la microglía no cumple con su deber. La disfunción de estas células puede, al menos en parte, ser responsable de la acumulación de placas de amiloide en el cerebro.
La última investigación sobre el Alzheimer y la respuesta inmune proviene de la Universidad de Florida en Gainesville. Dirigido por Paramita Chakrabarty, Ph.D., y el Dr. Todd E. Golde, los científicos estaban particularmente interesados en una familia de proteínas llamadas receptores tipo peaje (TLR).
TLR se sientan en la superficie de las células inmunes; detectan moléculas que provienen de células rotas o agentes patógenos invasores y desencadenan un ataque inmune.
Los investigadores encontraron que, en los cerebros de las personas con enfermedad de Alzheimer, había significativamente más TLR. Esto se debió principalmente a un mayor número de microglia.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que si separaban algunos de los TLR de la superficie de la microglía, podrían actuar como «receptores señuelo», reduciendo la acumulación de placas amiloides.
Se evitaría la agregación de proteínas porque los TLR de flotación libre absorberían el beta amiloide antes de que tuviera la oportunidad de agruparse. Esto también podría evitar que las proteínas errantes se unan a la microglía y desencadenen una inflamación dañina.
Como predijo el equipo, la aplicación de este enfoque a un subtipo de TLR llamado TLR5 evitó, y quizás incluso revertió, la formación de placa amiloide en un modelo de ratón con Alzheimer.
Cambio de paradigma en la investigación del Alzheimer
Como escriben los autores del estudio, este enfoque marca un «cambio de paradigma» en el estudio del Alzheimer y el sistema inmune; en lugar de introducir anticuerpos «altamente modificados» contra las placas amiloides diana, emplean un enfoque señuelo usando una proteína que está presente de forma natural.
Los autores esperan que esto eventualmente conduzca a una forma relativamente segura de tratar la enfermedad de Alzheimer. Sus hallazgos fueron publicados recientemente en el Journal of Experimental Medicine.
Los resultados son emocionantes, pero Chakrabarty recomienda precaución, diciendo: «Este modelo de ratón es bien reconocido como modelo primario para la deposición de la placa amiloide tipo Alzheimer, pero no recapitula toda la cascada neurodegenerativa del Alzheimer».
«Por lo tanto, el potencial de TLR5 soluble en la amortiguación de la activación inmune y las vías neurotóxicas relacionadas deben explorarse más en múltiples modelos de la enfermedad de Alzheimer».
» Al interactuar directamente con beta-amiloide y atenuar los niveles de beta-amiloide en ratones, el receptor señuelo soluble TLR5 representa una clase nueva y potencialmente segura de agentes inmunomoduladores para la enfermedad de Alzheimer».
Dr. Todd E. Golde
El uso de esta técnica para tratar a los humanos todavía está muy lejos, pero los nuevos hallazgos brindan esperanza. Debido a que la carga del Alzheimer en la población mundial es tan importante, la investigación de la enfermedad se está ejecutando a una velocidad vertiginosa.
Sin duda, este nuevo curso de acción se ampliará rápidamente.