Las enfermedades de origen es muy variable, como la hipertensión, la diabetes mellitus y los trastornos renales primarios pueden provocar insuficiencia renal. La insuficiencia renal es una enfermedad renal en etapa terminal, en la que la función renal es insatisfactoria a tal punto que se requiere diálisis para mantener la vida. La diálisis es una técnica artificial que se realiza para reemplazar algunas funciones cruciales del riñón hasta que esté disponible un trasplante de riñón apropiado.
Si la cirugía de trasplante funciona bien y si no hay rechazo, es de esperar que la persona con el riñón nuevo tenga una mejor calidad de vida. En la mayoría de los casos, eso es cierto, pero hay un cierto número de pacientes que experimentan algunas dificultades emocionales después de un trasplante de riñón, lo que puede empeorar su vida aún más que antes. Los científicos tienen varias explicaciones para este fenómeno.
Causas de la depresión después del trasplante de riñon
Este tipo de depresión a menudo se denomina «depresión paradójica», ya que se aplica a pacientes con trasplantes de riñón exitosos y sin complicaciones, de quienes se espera que tengan una mejor calidad de vida. Los científicos clasifican este trastorno como síndrome psiquiátrico paradójico. Los psiquiatras sugieren que una de las posibles razones para la aparición de este síndrome podría ser la sensación de culpa hacia los donantes de riñón.
Los estudios han demostrado que las personas que sienten niveles más altos de culpa tienen síntomas más pronunciados de depresión. La razón por la que aparece la culpa después del trasplante es porque antes del trasplante está siendo reprimido por el temor a la muerte que se aproxima. Otros piensan que la causa principal de la depresión postrasplante ocurre debido a la pérdida de un pasado imaginario: la vida que podrían haber vivido si no hubieran padecido la enfermedad renal crónica durante mucho tiempo.
La obligación de tomar medicamentos contra el rechazo por el resto de sus vidas también es un obstáculo importante para muchos pacientes. Aunque tomar estos medicamentos es mucho más fácil que la diálisis, a menudo hay efectos secundarios de estos medicamentos que pueden conducir a trastornos depresivos.
El papel de la consejera psicológica
A pesar del escenario esperado de una mejor calidad de vida, las personas que desarrollan una depresión paradójica después del trasplante de riñón generalmente se sienten peor que antes de la cirugía. A veces incluso desean el no haberse sometido a la cirugía. Por lo tanto, se ha reconocido que el asesoramiento psiquiátrico es muy beneficioso en pacientes programados para un trasplante de riñón. La educación sobre el beneficio que obtienen de la cirugía de trasplante de riñón también es muy importante. Es crucial que los pacientes dejen atrás la culpa por el donante vivo, ya que cada persona toma una decisión por sí misma. Los medicamentos contra el rechazo son necesarios para mantener el trasplante, y el reconocimiento de su importancia debería ser suficiente para que estas personas los consideren un nuevo componente de su rutina diaria.
Es necesario realizar más investigaciones para evaluar las consecuencias reales de la depresión paradójica en pacientes con trasplante de riñón. La insuficiencia renal crónica, la insuficiencia renal, la diálisis a largo plazo y la cirugía de trasplante representan una serie de eventos estresantes que deberían recibir más atención por parte de psiquiatras y psicólogos a fin de que el tratamiento de trasplante brinde todos sus beneficios. Los antidepresivos pueden usarse para el tratamiento de dicha depresión si se convierte en una afección debilitante y duradera.