¿Qué papel juegan los genes en las alergias al huevo, la leche y las nueces? Un estudio publicado en Nature Communications, dirigido por el Centro Max Delbrück de Medicina Molecular (MDC) y Charité – Universitätsmedizin Berlin, ha encontrado cinco puntos de riesgo genético que señalan la importancia de las barreras de la pie, las mucosas y el sistema inmunitario en el desarrollo de alergias a los alimentos.
Se estima que entre el cinco y el ocho por ciento de todos los niños padecen alergias alimentarias. Por lo general, aparecen en los primeros años de vida y se manifiestan en forma de erupciones pruriginosas e hinchazones faciales, que ocurren poco después de la ingestión de alimentos. Sin embargo, las alergias alimentarias también pueden causar reacciones alérgicas graves que involucran dificultades para respirar, vómitos o diarrea, y son los desencadenantes más frecuentes de la anafilaxia en los niños. La anafilaxia es la forma más extrema de una reacción alérgica inmediata y puede ser potencialmente mortal.
En Alemania, los huevos de gallina, la leche de vaca y los cacahuetes son las causas más comunes de reacciones alérgicas a los alimentos en los niños. A diferencia de las alergias a la leche de vaca y los huevos de gallina, que a menudo desaparecen después de algunos años, los niños generalmente no superan las alergias al maní. Las personas con alergia a los maníes deben seguir una dieta estricta durante toda su vida y llevar consigo medicamentos de emergencia en todo momento.
Las causas de las alergias alimentarias implican una compleja interacción de la genética y el medio ambiente. «Los estudios de mellizos sugieren que alrededor del 80 por ciento del riesgo de alergias alimentarias es hereditario, pero hasta ahora se sabe poco sobre estos factores de riesgo genéticos», dice el profesor Young-Ae Lee, investigador del MDC y jefe del ambulatorio de la Charité, clínica de alergia pediátrica.
El estudio más grande del mundo sobre las causas genéticas de las alergias alimentarias
Un estudio de asociación de todo el genoma examinó a unos 1.500 niños en Alemania y los Estados Unidos que sufren de alergias alimentarias. La investigación analizó más de cinco millones de variaciones genéticas, llamadas polimorfismos de un solo nucleótido o SNP (pronunciado «snips»), en cada participante en el estudio y comparó la frecuencia de estos SNP con la de los sujetos de control. El estudio, que fue publicado en Nature Communications, involucró a investigadores de Berlín, Frankfurt, Greifswald, Hanover, Wangen y Chicago. Es notable no solo por su tamaño sino también por su metodología de diagnóstico confiable.
A diferencia de otros estudios, los investigadores utilizaron una prueba de provocación alimentaria oral para confirmar el diagnóstico de alergia. Este es un procedimiento complejo en el que los pacientes ingieren pequeñas cantidades del alergeno sospechoso en el hospital en condiciones de emergencia para determinar si responden de forma alérgica. «Sabemos por la práctica clínica que hasta el 80 por ciento de las supuestas alergias alimentarias no son en realidad alergias. Estas sensibilidades a los alimentos se deben con frecuencia a la intolerancia alimentaria en lugar de a una respuesta alérgica», dice el profesor Lee.
Este estudio descubrió un total de cinco puntos de riesgo genético para alergias alimentarias. Cuatro de ellos muestran una fuerte correlación con los puntos conocidos no solo para la dermatitis atópica y el asma, sino también para otras enfermedades inflamatorias crónicas como la enfermedad de Crohn y la psoriasis, así como trastornos autoinmunes.
Nuevo punto de riesgo asociado con todas las alergias alimentarias de los niños
El llamado grupo de genes SERPINB en el cromosoma 18 se identificó como un locus de riesgo genético específico para las alergias alimentarias. Se trata de diez miembros de la superfamilia del inhibidor de serina proteasa (serpina). Los genes en este grupo se expresan principalmente en la piel y en la membrana mucosa del esófago. Por lo tanto, los investigadores sospechan que juegan un papel importante para garantizar la integridad de la función de barrera epitelial. Otro hallazgo importante del estudio es que cuatro de los cinco puntos de riesgo identificados están asociados con todas las alergias alimentarias. La región del antígeno leucocitario humano (HLA), que es específica de los casos de alergia al maní, parece ser la única excepción.
El estudio proporciona una base para el desarrollo de mejores pruebas de diagnóstico para las alergias alimentarias y para una mayor investigación sobre sus mecanismos causales y posibles estrategias de tratamiento. Los padres no deben tomar decisiones sobre evitar alimentos específicos por sí mismos, sino que deben buscar a un especialista si su hijo parece tener alergia a los alimentos.