El sistema inmunitario en nuestro cuerpo está bajo la influencia de una serie de factores. La herencia y la exposición materna a ciertos trastornos deciden la cantidad de inmunidad incorporada que desarrolla un niño mientras crece en el útero de la madre.
Una vez que el niño nace y crece, las exposiciones ambientales y el estilo de vida juegan un papel vital en el desarrollo posterior de la inmunidad. La capacidad de un individuo para resistir una infección depende de la capacidad del sistema inmunitario para dominar a los microorganismos infecciosos. Algunos factores del estilo de vida que tienen una influencia significativa en la inmunidad de un individuo se discuten a continuación.
Ejercicio y actividad física
El ejercicio y la actividad física tienen una influencia general en todo el cuerpo. Mejora el flujo sanguíneo, aumenta la flexibilidad, reduce la fatiga y mejora el suministro de oxígeno a todas las células y tejidos del cuerpo. Esto ayuda a mejorar la función de la mayoría de los órganos de nuestro cuerpo, incluidos los órganos que producen las células sanguíneas responsables de la inmunidad. La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Estadounidense del Corazón han recomendado previamente un mínimo de 30 minutos de actividad física durante al menos 5 días a la semana.
Un estudio realizado en Iowa informó que el sistema inmunitario de los adultos que realizaban ejercicios vigorosos durante más o menos 20 minutos, más de 3 días por semana, era mucho más activo que las personas que no realizaban ningún ejercicio. Además, también se observó que los adultos que realizaban una cantidad moderada de actividad física también tenían una mejor actividad inmune que otros que llevaban una vida sedentaria. Por lo tanto, se concluyó que el ejercicio y la actividad física desempeñan un papel en la mejora del sistema inmune de un individuo.
El estudio de Iowa y otros estudios han informado que los factores generales de la vida, como la autoestima y la actividad social, tienen un efecto en el sistema inmunitario. Una persona que tiene una autoestima más alta y es socialmente activa tiene un mayor nivel de inmunidad en comparación con otras personas que están deprimidas y permanecen recluidas. Este efecto beneficioso puede estar relacionado con la liberación de ciertas hormonas que inducen un mejor funcionamiento del sistema inmune.
Estrés
El estrés experimentado a nivel ocupacional, social y personal puede tener un efecto adverso en la salud de las personas. El estrés puede influir directa o indirectamente en la forma en que el cuerpo funciona. El aumento del estrés puede provocar depresión y ansiedad, lo que acentúa los efectos sobre el cuerpo. Si bien el estrés que permanece durante un período de tiempo más corto (agudo) puede no tener una gran influencia, el estrés que dura un período prolongado (estrés crónico) puede tener un efecto importante en la salud de un individuo. Los altos niveles de estrés inducen la liberación de hormonas como las catecolaminas que afectan la función de varias células y tejidos. Las catecolaminas tienen una influencia sobre la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la respiración y sobre el funcionamiento del sistema inmune y sus células y tejidos asociados. Con respecto al sistema inmune, las catecolaminas tienen una amplia gama de efectos. Induce una mayor formación de linfocitos T inmaduros, provoca una distribución inadecuada de las células inmunes, suprime la actividad de las células inmunes y también afecta el crecimiento y desarrollo general de las células inmunes. Por lo tanto, el aumento del estrés puede llevar a un sistema inmune debilitado que hace que un individuo sea vulnerable a los ataques de microorganismos dañinos.
Dieta
El crecimiento y desarrollo de nuestro cuerpo depende principalmente de la nutrición obtenida a través de la dieta. El funcionamiento normal de todas las células y tejidos de nuestro cuerpo requiere una concentración específica de vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas y otros macro y micronutrientes esenciales. La mayoría de estos nutrientes esenciales están disponibles con el consumo de una dieta equilibrada rica en frutas y verduras. Junto con el desarrollo del sistema inmune, los nutrientes disponibles de la dieta y los suplementos dietéticos mejoran el funcionamiento de las células y los tejidos, lo que les permite ofrecer una buena cantidad de resistencia a las toxinas producidas por microorganismos dañinos.
Ingesta diaria de multivitaminas
La ingesta de suplementos multivitamínicos influye en el funcionamiento de todo el cuerpo. Las vitaminas tienen un efecto en el crecimiento y desarrollo del cuerpo en general. El cuerpo requiere un suministro regular de ciertas vitaminas esenciales que están disponibles a partir de la dieta que consumimos. Sin embargo, no todas las vitaminas pueden estar disponibles a través de la dieta o la cantidad que se obtiene puede no ser suficiente, esto requiere tomar suplementos multivitamínicos. La administración diaria de suplementos multivitamínicos puede mejorar la salud general y el funcionamiento del sistema inmunitario.
Esteroides
La administración de esteroides se ha asociado con una disminución en la función del sistema inmunitario. Los esteroides se administran comúnmente durante períodos más largos en individuos que padecen trastornos inflamatorios a largo plazo, como el asma. Mientras que los esteroides naturales presentes en el cuerpo no tienen tal impacto en el sistema inmune, un aumento en el nivel de esteroides sintéticos influye mucho en el funcionamiento del sistema inmune. La administración de corticosteroides en dosis altas o bajas durante un período de tiempo prolongado suprime las funciones del sistema inmune. Las personas que toman esteroides son más propensas a desarrollar infecciones en comparación con las personas sanas.