La fibrosis quística es un trastorno hereditario que afecta de forma característica a las glándulas productoras de moco del cuerpo. El sudor también puede afectar el sudor y las glándulas productoras de saliva. Esta condición se detecta temprano en la vida, y la mayoría de los casos se diagnostican en los primeros años de vida.
La patología básica detrás de la enfermedad hace que las secreciones de las glándulas se vuelvan extremadamente gruesas. Esto puede provocar un bloqueo de las funciones vitales y causar una inflamación y daño generalizados.
¿Qué tan común es la fibrosis quística?
Es uno de los trastornos genéticos más comunes que se detectan en muchos países y se transmite de manera recesiva a través de las familias. Esto significa que para que un niño desarrolle fibrosis quística, la mutación genética responsable debe estar presente en ambos padres.
Algunos de los síntomas que se ven incluyen:
- Incapacidad para pasar las heces
- Sudor excesivamente salado
- Disminución de la cantidad de salivación
- Pobre crecimiento y desarrollo
- Tos persistente, sibilancias e infecciones pulmonares
Por lo general, se realiza una prueba de detección de la fibrosis quística inmediatamente después de que nace el niño. Esto se puede hacer mediante un análisis de sangre o verificando el funcionamiento del páncreas.
Tratamiento de la fibrosis quística
Es absolutamente esencial comenzar el tratamiento tan pronto como se haya detectado la enfermedad. No hay duda de que la enfermedad es grave y pone en peligro la vida, sin embargo, los avances en los protocolos de tratamiento y la comprensión de la enfermedad han hecho que la esperanza de vida se haya más que duplicado en las últimas décadas.
Dado que la enfermedad es de naturaleza genética, es incurable. Sin embargo, es manejable y ese es el objetivo del tratamiento. Los médicos tratantes evaluarán cuáles son los problemas específicos que enfrenta el niño y luego formularán un plan de tratamiento adecuado.
Se necesitará una combinación de antibióticos para ayudar a combatir las infecciones, la terapia respiratoria, la terapia digestiva y el asesoramiento emocional para permitir que el niño viva la mayor cantidad de tiempo posible. Existen centros especializados para el tratamiento de la fibrosis quística que brindan todo el tratamiento requerido bajo un mismo techo. Puede ser útil mirar estas instalaciones.
Los médicos vigilarán de cerca el crecimiento y desarrollo del niño. Las visitas regulares para determinar el peso, la altura y el desarrollo muscular son parte del protocolo habitual. Todas las inmunizaciones deben administrarse al niño de manera oportuna ya que el riesgo de infección superpuesta es mucho mayor.
También pueden recomendarse medicamentos para ayudar a reducir el grosor de la mucosidad y ayudar a eliminarla a una velocidad normal. También se recomienda la terapia física regular para ayudar en la limpieza postural de los líquidos.
Conclusión
La vida útil de las personas afectadas se reduce considerablemente. Este número se ha más que duplicado en las últimas décadas, sin embargo, aún es mucho más bajo de lo que se puede esperar que tenga una persona no afectada. Dependiendo de las instalaciones médicas a las que un paciente tiene acceso y que pueda pagar, se puede estimar una vida útil de 30 a 50 años para las personas afectadas.