Los niños y adolescentes pueden desarrollar artritis, una afección caracterizada por la inflamación de las articulaciones. Un subtipo se llama artritis psoriásica juvenil. Este artículo describe las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la artritis psoriásica juvenil.
La artritis que se desarrolla en los niños se conoce como artritis idiopática juvenil. Hay seis subtipos diferentes de artritis idiopática juvenil, que incluye un subtipo conocido como artritis psoriásica juvenil. Como su nombre indica, este subtipo se desarrolla en niños con psoriasis, una enfermedad de la piel caracterizada por el desarrollo de erupciones rojas y escamosas. Alrededor de un tercio de todos los niños que tienen psoriasis desarrollarán artritis idiopática juvenil.
En aproximadamente el 50 por ciento de los niños con artritis psoriásica juvenil, los síntomas de la artritis comienzan antes de la manifestación de la psoriasis, mientras que en el 50 por ciento restante, los síntomas de la psoriasis preceden a la artritis. La artritis psoriásica juvenil se desarrolla tanto en niños como en niñas y puede ocurrir a cualquier edad. En general, la enfermedad solo afecta unas pocas articulaciones, particularmente las articulaciones ubicadas en las caderas, la espalda, los dedos y los dedos de los pies.
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Artritis psoriásica juvenil: causas
Actualmente no se sabe qué causa el desarrollo de la artritis psoriásica juvenil. Sin embargo, los investigadores saben que esta enfermedad es el resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunológico y, por lo tanto, es una enfermedad autoinmune. El sistema inmunológico desempeña un papel importante para protegernos a nosotros y a nuestros cuerpos de los agentes patógenos al atacar sustancias que reconocen como extrañas y que no pertenecen al cuerpo. Sin embargo, en el caso de una enfermedad autoinmune, el sistema inmunológico se confunde y comienza a identificar el tejido sano del cuerpo como extraño. La inflamación es una marca clave de las enfermedades autoinmunes y, por lo tanto, los pacientes con artritis tendrán inflamación e inflamación de las articulaciones.
Aunque sabemos que la artritis psoriásica juvenil es una enfermedad autoinmune, no está claro qué desencadena este mal funcionamiento del sistema inmunológico. Los estudios apuntan a un papel tanto de la genética como de los factores ambientales en la activación del sistema inmunológico. Los desencadenantes ambientales que conducen al desarrollo de la psoriasis incluyen estrés, lesiones en la piel, ciertos medicamentos, infecciones, dieta, alergias y el clima.
Los síntomas de la artritis psoriásica juvenil
Si bien las articulaciones afectadas y la gravedad de los síntomas varían de un individuo a otro, ciertos síntomas son comunes en todos los pacientes. Los pacientes con artritis psoriásica juvenil pueden experimentar estos síntomas:
- Inflamación, rigidez, dolor e hinchazón de las articulaciones.
- Inflamación extrema de las articulaciones de los dedos de las manos o los pies, puede parecer «como salchicha».
- La rigidez de las articulaciones es particularmente severa en la mañana.
- Depresiones en la superficie de la uña (una condición llamada uñas sin hueso).
- Fatiga o debilidad.
- Inflamación del ojo (una enfermedad llamada uveítis).
- Disminución del rango de movimiento de las articulaciones.
- Erupción cutánea que aparece roja en el tronco, articulaciones, cara o cuero cabelludo. A veces, la erupción puede causar picazón.
Diagnóstico: ¿cómo sabrá su médico si su hijo tiene artritis psoriásica juvenil?
Si el médico de su hijo sospecha que padece artritis psoriásica juvenil, lo remitirá a un especialista conocido como reumatólogo. Desafortunadamente, no existe una prueba única que pueda probar la presencia de artritis psoriásica juvenil, por lo que el reumatólogo realizará un diagnóstico basado en una variedad de cosas diferentes.
El reumatólogo hará preguntas detalladas sobre los síntomas, como cuándo comenzaron, exactamente qué son, cuánto tiempo duran y otros. El reumatólogo también analizará su historial médico personal y familiar y luego realizará un examen físico completo. El reumatólogo también puede ordenar pruebas para obtener evidencia adicional que indique que el paciente tiene artritis psoriásica juvenil. Estas pruebas incluyen:
- Exámenes de sangre, para detectar marcadores de inflamación y presencia de ciertos anticuerpos que están muy elevados en enfermedades autoinmunes. Esta prueba puede decirle al médico que el paciente probablemente tenga una enfermedad autoinmune.
- Pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, que pueden ayudar a visualizar el daño en las articulaciones.
- La prueba de orina, como una sustancia llamada ácido úrico, está elevada en la orina de los niños con esta enfermedad
- Examen ocular, ya que los niños con artritis psoriásica juvenil son más propensos a desarrollar inflamación de los ojos.
Tratamiento: ¿cómo se maneja la artritis psoriásica juvenil?
Como no hay tratamientos que puedan curar la artritis psoriásica juvenil, los médicos administrarán terapias para ayudar a aliviar los síntomas. Los medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas incluyen:
- Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, reducen la inflamación y el dolor.
- Terapia biológica, medicamentos que atacan el sistema inmunológico y ayudan a aliviar la inflamación. Por ejemplo, los inhibidores de TNF son un tipo de terapia biológica que suprime las actividades de TNF-alfa, que es una molécula proinflamatoria.
- Los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) suprimen el sistema inmunológico y alivian los síntomas.
Sin embargo, la terapia biológica y los FArME aún están bajo investigación y, por lo tanto, no están aprobados para el tratamiento de la artritis psoriásica juvenil. Otros tratamientos no médicos para la artritis psoriásica juvenil incluyen:
- La terapia física. Los pacientes pueden trabajar con un fisioterapeuta para aprender estrategias para moverse y hacer ejercicio que les ayude a mantener su rango de movimiento.
- Ejercicio. Hacer ejercicio regularmente puede ayudar a los niños con esta enfermedad a mantenerse flexibles y aumentar la fuerza de sus articulaciones.
- Terapia ocupacional. Trabajar con un terapeuta ocupacional puede ayudar a los niños a realizar tareas cotidianas.
- Hidroterapia. Este tipo de terapia involucra el uso de una piscina caliente para realizar ejercicios y se ha demostrado que ayuda a fortalecer las articulaciones y a aumentar la flexibilidad.