La vitamina A es una de las principales vitaminas que juegan un papel crucial en la salud de los ojos. También ayuda en la formación y el mantenimiento de los dientes, los tejidos blandos y la piel. Su papel en el sistema inmune está siendo ampliamente investigado.

La vitamina A juega un papel crucial en la salud de los ojos
Se ha observado que funciona en coordinación con otras vitaminas y minerales en la regulación del sistema inmune. Algunas de las áreas donde la vitamina A juega un papel vital en el sistema inmune se discuten en las secciones a continuación.
Acción contra el virus del sarampión
Un estudio realizado en Canadá evaluó la capacidad de la vitamina A para reducir la tasa de mortalidad asociada con el virus del sarampión. El virus del sarampión se replica al afectar la señalización celular en nuestro cuerpo, donde las células afectadas no pueden enviar señales de advertencia. Se observó que la administración de vitamina A bloquea este efecto del virus del sarampión mediante el fortalecimiento de las células inmunes. La vitamina A mejora el funcionamiento de las células no infectadas y las hace resistentes a la replicación viral. Este efecto de la vitamina A puede ayudar a aumentar los efectos de las vacunas o los medicamentos antivirales que se administran para contrarrestar las infecciones virales. El aumento de la capacidad de las células para resistir una infección y mejorar los mecanismos de señalización celular ayuda a reducir la virulencia (capacidad infectiva) de un virus.
La vitamina A promueve los linfocitos T y las células asociadas
La administración de vitamina A ayuda a la progresión de ciertos componentes de los linfocitos T. Se observó que la concentración de ciertas proteínas relacionadas con las células T aumentó significativamente después de la administración de suplementos de vitamina A. El funcionamiento de otras células inmunes conocidas como monocotiledóneas también se incrementó. Además, se observó que la concentración de células asesinas naturales (NK) y células T cooperadoras en la sangre aumentaba a medida que aumentaban los niveles de vitamina A. Estas células juegan un papel vital en el mantenimiento de la capacidad anticancerígena y antiviral del sistema inmune.
Varios otros estudios han informado que la vitamina A tiene un papel en la regulación de los genes y las proteínas que controlan la activación de las células T y la producción de citocinas. Las cantidades adecuadas de vitamina A en el cuerpo ayudan a un mejor funcionamiento de estos procesos, y por lo tanto, mejoran la inmunidad de un individuo.
Ácido Retinoico y Fagocitos
El ácido retinoico es un derivado de la vitamina A que ayuda al crecimiento y desarrollo del hueso y las células de la piel. El ácido retinoico es requerido para la producción y regulación de linfocitos B por las células presentes en las células que revisten el tracto digestivo. También se ha observado un papel adicional de la vitamina A en la maduración de los fagocitos en la médula ósea. Una deficiencia de vitamina A puede obstaculizar estas funciones, lo que conlleva una disminución de la acumulación de linfocitos B y la producción de fagocitos inmaduros que debilitaría la respuesta inmune.