La leucemia se refiere a un aumento anormal en la cantidad de glóbulos blancos del cuerpo. El papel normal de los glóbulos blancos en el cuerpo es ayudar a combatir las infecciones. Sin embargo, a medida que aumenta la tasa de producción de glóbulos blancos en el cuerpo, se liberan más y más células inmaduras al torrente sanguíneo. Estas células son extremadamente ineficaces para combatir infecciones.
La médula ósea, donde se producen estas células sanguíneas, también es incapaz de producir la cantidad correcta de glóbulos rojos y plaquetas. Por lo tanto, también hay una escasez de glóbulos rojos que conducen a la anemia y la falta de plaquetas lo que conduce a un aumento de los tiempos de hemorragia.
Esta situación es extremadamente grave y requiere una intervención inmediata.
La leucemia puede ser aguda o crónica dependiendo de la tasa de progreso de la enfermedad. También se pueden clasificar en mieloides o linfoides dependiendo del tipo de subpoblación de glóbulos blancos que se encuentran en la sangre.
¿Cómo se causa la leucemia?
Los factores causantes exactos para la aparición de la leucemia siguen siendo desconocidos. Se cree que se desarrolla debido a un trastorno cromosómico. Una anomalía en particular, conocida como el cromosoma Filadelfia se encuentra en casi todas las personas que sufren de leucemia mieloide crónica y en un porcentaje bastante grande de personas que también padecen de leucemia aguda.
Hay otros factores que se cree juegan un papel. Estos incluyen algunos factores ambientales como fumar, la exposición a la radiación y productos químicos nocivos y factores genéticos como el síndrome de Down, el síndrome de Bloom, el VIH y algunos otros.
Si bien los antecedentes familiares de leucemia aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad, el trastorno cromosómico no se hereda ni se transmite a otras generaciones. La mutación probablemente ocurre debido a la exposición a los factores de riesgo mencionados anteriormente.
Tratamiento
Se siguen diferentes modos de tratamiento para las formas agudas y crónicas de leucemia.
Las leucemias crónicas generalmente se tratan con una combinación de radioterapia y quimioterapia. La idea es deshacerse de los glóbulos blancos que se dividen rápidamente en el cuerpo y mantener saludables las células normales del cuerpo. Este es un proceso delicado y puede requerir un ajuste fino de las dosis.
También puede haber más de un ciclo terapéutico que debe seguirse en caso de que la enfermedad no responda como se espera o regrese después de un tiempo. Recibir un trasplante de células madre también es una opción. Una parte importante del tratamiento es asegurarse de que el paciente no sea víctima de otras infecciones oportunistas. El sistema inmunitario del cuerpo está extremadamente comprometido, por lo que incluso una infección o lesión menor puede poner en peligro la vida.
Las leucemias agudas se tratan en tres etapas. La primera suele incluir quimioterapia para inducir el cese de las células que se dividen rápidamente, seguida de una etapa de radiación u otra sesión de quimioterapia y luego la última etapa de la terapia de mantenimiento. Esta última etapa implica una combinación de quimioterapia intravenosa a largo plazo o quimioterapia oral.
¿Cuándo se considera la leucemia como «tratada» o «curada»?
De acuerdo con las últimas clasificaciones, si no hay síntomas o signos de leucemia en niños o adultos