Un metaanálisis publicado recientemente concluye que los suplementos de aceite omega-3 podrían reducir los síntomas de ansiedad en algunas personas.
La ansiedad es uno de los síntomas psiquiátricos más comunes en los Estados Unidos.
Puede aparecer como un trastorno de ansiedad independiente o como parte de otro trastorno mental, como la depresión.
Las intervenciones farmacéuticas, como los inhibidores de la recaptación de serotonina , pueden tratar la ansiedad.
Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad a menudo están preocupadas por los efectos secundarios y la dependencia.
Otras opciones incluyen terapias de conversación, pero estas requieren mucho tiempo y pueden ser costosas.
Se estima que 1 de cada 5 adultos 1 desarrolla un trastorno de ansiedad cada año, por lo que encontrar una forma segura y rentable de controlar la ansiedad sería de gran beneficio para millones de personas.
Aceites de pescado y ansiedad
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI) están presentes en los aceites de pescado. A lo largo de los años, los investigadores les han atribuido una amplia gama de beneficios para la salud, pero no todos están respaldados por pruebas.
En los últimos años, algunos científicos han probado el potencial de los omega-3 para ayudar en el tratamiento de afecciones psiquiátricas, incluidos los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad 2.
Los estudios que investigan los efectos anti-ansiedad de los AGPI omega-3 en modelos animales han tenido cierto éxito; por ejemplo, un estudio 3 en ratas encontró que una dieta rica en un AGPI llamado ácido eicosapentaenoico reduce los comportamientos similares a la ansiedad.
En humanos, la investigación ha demostrado una relación entre los niveles de AGPI y la ansiedad. Por ejemplo, un estudio 4 encontró que las personas con trastornos de ansiedad tienen niveles más bajos de AGPI omega-3 circulantes.
Otro 5 mostró que los suplementos de omega-3 reducen la inflamación y la ansiedad en los estudiantes de medicina durante los exámenes.
Estos y otros estudios, sin embargo, han sido limitados por su pequeño tamaño. Para corregir esto, los investigadores llevaron a cabo recientemente la primera revisión sistemática sobre este tema. Explican su objetivo:
«[Examinamos», señalan, «los efectos ansiolíticos de los AGPI omega-3 en participantes con síntomas de ansiedad elevados en los resultados de ensayos clínicos para determinar la eficacia general de los AGPI omega-3 para los síntomas de ansiedad independientemente del diagnóstico».
Los investigadores tomaron datos de 19 ensayos clínicos que incluyeron un total de 1,203 participantes. Después del análisis, sus conclusiones apoyaron su teoría inicial. Aunque los estudios variaron significativamente en el tipo de participantes que participaron y las formas en que se midió la ansiedad, observaron una reducción significativa en la ansiedad en los grupos tratados con omega-3 en comparación con los grupos de placebo.
La mayoría de los estudios demostraron un efecto positivo de los AGPI omega-3 en la ansiedad, aunque no todos los tamaños del efecto fueron significativos. Sin embargo, cuando se agruparon los datos, el efecto combinado fue estadísticamente significativo.
«Esta revisión indica que los AGPI omega-3 podrían ayudar a reducir los síntomas de la ansiedad clínica. Se necesitan más estudios bien diseñados en poblaciones en las que la ansiedad es el síntoma principal».
Curiosamente, los efectos positivos de los omega-3 fueron particularmente pronunciados para las personas que tenían diagnósticos clínicos de afecciones psiquiátricas.
Ahora se necesita más trabajo
Antes de que los omega-3 se usen más ampliamente, los autores sugieren que se necesitarán más estudios a gran escala. Exactamente cómo estos ácidos grasos pueden impartir sus efectos beneficiosos es otra pregunta que deberá ser respondida.
Los AGPI omega-3 están presentes en las membranas del cerebro y, como escriben los autores, pueden «interferir con y posiblemente controlar varios procesos neurobiológicos, como los sistemas de neurotransmisores, la neuroplasticidad y la inflamación».
Esto podría ayudar a explicar por qué tienen un impacto en los síntomas psiquiátricos, pero se necesitará mucha más investigación para eliminar los mecanismos exactos involucrados.
Los autores del estudio tienen claro que su análisis tiene algunas limitaciones; en particular, el tamaño de la muestra relativamente pequeño. Advierten que «los resultados no deberían extrapolarse sin una consideración cuidadosa».
Más investigación está segura de seguir. Si una intervención tan simple como la suplementación con omega-3 pudiera reducir los niveles de ansiedad, tendría el potencial de aliviar el sufrimiento de muchas personas.
Referencias:
- ADAA – Datos y estadísticas https://adaa.org/about-adaa/press-room/facts-statistics
- PubMed – Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acids in Prevention of Mood and Anxiety Disorders https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26243838
- PubMed – El etil-eicosapentaenoato de ácido graso omega-3 atenúa los cambios inducidos por IL-1beta en la dopamina y los metabolitos en la cáscara del núcleo accumbens: participan en la actividad de la PLA2 y la secreción de corticosterona https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16794572
- PubMed – Estado de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) omega-3 en el trastorno depresivo mayor con trastornos de ansiedad comórbidos https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23945451
- PubMed – La suplementación con omega-3 reduce la inflamación y la ansiedad en los estudiantes de medicina: un ensayo controlado aleatorio https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21784145