El monitoreo de la frecuencia cardíaca activa y en reposo se puede hacer al sentir sus pulsos, ya sea en la muñeca o en el costado del cuello, y contar los latidos por minuto o latidos por 15 segundos y luego multiplicar por 4.
Frecuencia cardíaca en reposo
Una frecuencia cardíaca en reposo normal para adolescentes y adultos oscila entre 60-100 latidos por minuto.
En general, una frecuencia cardíaca en reposo más baja significa que el corazón funciona de manera más eficiente y que el individuo tiene una mejor condición cardiovascular. Como ejemplo, los atletas que están bien entrenados pueden tener un pulso de reposo normal de alrededor de 40 latidos por minuto.
Ciertos factores pueden influir en la frecuencia cardíaca de una persona, y pueden incluir lo siguiente:
- Nivel de entrenamiento.
- Nivel de actividad.
- Cambiar las posiciones del cuerpo, como acostarse o pararse.
- Medicamentos.
- Temperatura del aire.
- Tamaño corporal.
- Emociones
Se debe consultar a su médico si su frecuencia cardíaca en reposo es siempre superior a 100 latidos por minuto, llamada taquicardia, o si su frecuencia cardíaca en reposo es inferior a 60 latidos por minuto, llamada bradicardia, y usted no es un atleta entrenado. Esto es especialmente importante si experimenta síntomas o signos como dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos o desmayos.
Frecuencias cardíacas en actividad
Un ritmo cardíaco aumentado, cuando uno está activo, es normal. Si la frecuencia cardíaca es elevada en momentos de descanso o inactividad, esto puede deberse a una ingesta excesiva de cafeína o incluso a un uso ilícito de drogas.
Las actividades físicas ayudan a los adolescentes a mantenerse activos y en forma. Es importante que los adolescentes sepan cómo comportarse correctamente para que puedan realizar un ejercicio desafiante sin lastimarse a sí mismos. Una forma de controlar cuánto trabaja su cuerpo es tomando nota de su ritmo cardíaco.
Como se mencionó, la frecuencia cardíaca de un adolescente normalmente puede variar entre 60-100 latidos por minuto. Cuando uno está activo, la frecuencia cardíaca aumenta y el máximo que puede alcanzar es de 200 a 205 latidos por minuto.
La fórmula actual para determinar la frecuencia cardíaca en activa de un individuo es 208 – (0,7 x su edad).
Para maximizar la quema de grasa y los beneficios cardiovasculares del ejercicio, sin forzar el cuerpo ni causar lesiones, debes apuntar a una frecuencia cardíaca activa que sea del 70-85% de tu frecuencia cardíaca máxima permitida, lo que se puede resolver usando la fórmula anterior.
El monitoreo de la frecuencia cardíaca activa y en reposo se puede hacer al sentir sus pulsos, ya sea en la muñeca o en el costado del cuello, y contar los latidos por minuto o latidos por 15 segundos y luego multiplicar por 4. Esto le permitirá controlar donde está tu frecuencia cardíaca, y si estás en la «zona objetivo» correcta para un esfuerzo físico óptimo. Invertir en un monitor cardíaco puede ser una buena opción, ya que le proporciona una lectura inmediata y en tiempo real para que pueda controlar su progreso.
Aunque una frecuencia cardíaca persistentemente alta, incluso durante periodos de inactividad, puede indicar patología, este no es siempre el caso. Las drogas ilícitas como el cannabis y la cocaína pueden aumentar el ritmo cardíaco en reposo, pero también pueden afectar el estrés y la ansiedad en situaciones cotidianas.
Dicho esto, hay afecciones médicas como la taquicardia auricular paroxística, que es una afección en la que el sistema de conducción del corazón produce señales eléctricas rápidas, y el hipertiroidismo puede dar como resultado una frecuencia cardíaca activa y en reposo elevada.