La depresión es uno de los problemas psicológicos más comunes hoy en día. Cada año millones de adultos experimentan un período de depresión clínica.
La depresión es un trastorno psiquiátrico muy específico y difícil, ya que puede interferir con el funcionamiento normal y con frecuencia causa problemas con el trabajo, el ajuste social y familiar. No sólo eso, también causa dolor y sufrimiento no sólo a la persona con el trastorno, sino también a aquellos que se preocupan por ellos.
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Signos y síntomas de la depresión
Hay dos rasgos característicos de la depresión:
- Pérdida de interés en las actividades diarias normales
- Humor depresivo
No todas las personas que exhiben estos signos sufre de depresión; En general, los signos deben estar presentes durante al menos dos semanas.
Otros síntomas característicos de la depresión son:
- Trastornos del sueño
- Pensamiento o concentración dañados
- Cambios en el peso
- Agitación
- Fatiga o desaceleración de los movimientos corporales
- Baja autoestima
- Menos interés en el sexo
- Apetito y pérdida de peso o comer en exceso y aumento de peso
- Pensamientos de muerte o suicidio; Intentos de suicidio
- Inquietud, irritabilidad
- Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolor crónico
«Síntomas físicos» de la depresión
La mayoría de los pacientes también se quejan de algunos síntomas físicos como:
Posibles causas de la depresión
No hay ninguna causa conocida para la depresión. Debido a que la enfermedad a menudo se ejecuta en las familias, los psiquiatras creen que una vulnerabilidad genética combinada con factores ambientales, como el estrés o la enfermedad física, puede desencadenar un desequilibrio en los químicos del cerebro llamados neurotransmisores, lo que resulta en la depresión. Es por eso que no podemos hablar de la posible causa de la depresión, sino más bien de los factores que contribuyen a la depresión. Algunos de los más comunes son:
- Herencia: Los investigadores han identificado genes que pueden estar involucrados en estados de ánimo de la depresión.
- Estrés: Los eventos estresantes de la vida a veces pueden provocar depresión, aunque no hay reglas.
- Medicamentos: El uso prolongado de ciertos medicamentos, como los medicamentos utilizados para controlar la presión arterial alta o las píldoras para dormir, puede causar síntomas de depresión.
- Enfermedades crónicas: Si una persona tiene una enfermedad crónica, como enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer o enfermedad de Alzheimer, tiene un mayor riesgo de desarrollar depresión.
- Tipos de personalidad: Ciertos tipos de personalidad, como aquellos con baja autoestima, autocríticos o pesimistas tienen un alto riesgo de desarrollar depresión.
- Depresión después del parto: Es común que las madres sientan una forma leve de angustia que suele ocurrir unos días o semanas después del parto. Esto puede eventualmente convertirse en un trastorno de la depresión.
- Alcohol, nicotina y abuso de drogas: Las personas con depresión usan alcohol, nicotina y fármacos que alteran el estado de ánimo para aliviar los síntomas, sin saber que estas sustancias sólo pueden contribuir al trastorno primario: la depresión.
Los diferentes tipos de depresión
Hay varios tipos de trastornos depresivos, incluyendo los siguientes:
- Depresión mayor: Este tipo de alteración del estado de ánimo dura más de dos semanas y los síntomas más comunes son sentimientos abrumadores de tristeza y dolor, pérdida de interés o placer en las actividades y sentimientos de inutilidad o culpa.
- Distimia: Aunque algunos piensan que la distimia no es depresión, se describe típicamente como una forma menos grave pero más crónica del trastorno. Los signos y síntomas usualmente no son tan incapacitantes como los de la depresión mayor.
- Trastornos de adaptación: Es completamente normal que alguien se sienta tenso, triste, abrumado o enojado si alguien cercano a ellos muere o recibe un diagnóstico de enfermedad terminal. Esto se conoce como un trastorno de ajuste, una situación en la que la respuesta de alguien a un evento o situación estresante causa depresión.
- Trastorno bipolar: Los pacientes que sufren de trastorno bipolar experimentan episodios recurrentes de depresión y manía. Debido a que esta condición implica emociones en ambos extremos (polos), se llama trastorno bipolar o trastorno maníaco-depresivo. Los síntomas más comunes de la manía incluyen: Exaltación anormal o excesiva, irritabilidad inusual, disminución de la necesidad de dormir, nociones grandiosas, aumento de la conversación, pensamientos acelerados, aumento del deseo sexual, aumento acentuado de la energía, mal juicio o comportamiento social inapropiado.
- Trastorno afectivo estacional: El trastorno afectivo estacional es un patrón de depresión relacionado con cambios en las estaciones y una falta de exposición a la luz solar. Los síntomas más comunes son dolores de cabeza, irritabilidad y un bajo nivel de energía.
Diagnóstico de la depresión
- Examen físico y psicológico: El primer paso para establecer el tratamiento adecuado para la depresión es un examen físico realizado por un médico. Si una causa física para la depresión está descartada, una evaluación psicológica debe ser realizada por el médico o por remisión a un psiquiatra o psicólogo. En la mayoría de los casos, esto es suficiente para establecer el diagnóstico correcto.
- Examen de estado mental: Una evaluación de diagnóstico también debe incluir un examen de estado mental para determinar si algunos patrones cognitivos o memoria se han visto afectados.
Tratamiento – Medicamentos
- Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): Considerados como los fármacos antidepresivos más eficaces, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina son la fluoxetina (Prozac®, Sarafem®), la paroxetina (Paxil®), la sertralina (Zoloft®), el citalopram (Celexa®) y el escitalopram (Lexapro ®). Trabajan aumentando la disponibilidad del neurotransmisor serotonina en el cerebro de un paciente.
- Antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos (ATT): Estos antidepresivos también afectan a los neurotransmisores, pero por un mecanismo diferente al de los ISRS. Las más utilizadas son amitriptilina, desipramina (Norpramin®), nortriptilina (Aventyl®, Pamelor®), protriptilina (Vivactil®), trimipramina (Surmontil®) y una combinación de perfenazina y amitriptilina. Los tetracíclicos incluyen maprotilina y mirtazapina (Remeron®).
- Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): Estos fármacos previenen la degradación de los neurotransmisores. Los más utilizados son la fenelzina (Nardil®) y la tranilcipromina (Parnate®).
- Estimulantes: A veces, los psiquiatras prescriben estimulantes como el metilfenidato (Ritalin®, Concerta®), dextroanfetamina (Dexedrine®, Dextrostat®) o modafinil (Provigil®) .
- Litio y medicamentos estabilizadores del estado de ánimo: A menudo se prescriben litio (Eskalith®, Lithobid®), ácido valproico (Depakene®), divalproex (Depakote®) y carbamazepina (Tegretol®, Carbatrol®) para el tratamiento de la depresión bipolar.
- Algunos otros medicamentos llamados antipsicóticos atípicos también se están usando para el tratamiento de trastornos psicóticos: olanzapina (Zyprexa®), risperidona (Risperdal®) y quetiapina (Seroquel®)
Psicoterapia
La depresión podría tratarse con varios tipos diferentes de psicoterapia. Cada tipo implica un enfoque a corto plazo con el fin de ayudar a un paciente a lidiar con un problema específico. Por supuesto, ningún objetivo viene rápidamente y es por eso que la psicoterapia prolongada es generalmente necesaria para tratar la depresión. El éxito de la terapia depende de la experiencia del médico tanto como la capacidad del paciente para estar cómodo con el terapeuta. Existen varios tipos de terapias grupales especializadas y supervisadas, como grupos de duelo, clases de manejo del estrés, consejería matrimonial y terapia familiar.
- Terapia electroconvulsiva: Aunque la gente considera esta forma de terapia bastante invasiva e insegura, un hecho comprobado es que la terapia electroconvulsiva es generalmente segura y eficaz. Aunque los resultados son positivos, todavía no está claro cómo funciona. Los expertos están asumiendo que el procedimiento puede afectar los niveles de neurotransmisores en el cerebro de un paciente, aliviando los síntomas de la depresión. El efecto secundario más común es la confusión que dura de unos minutos a varias horas, aunque algunas personas experimentan pérdida transitoria de memoria.
- Terapia de luz: Aunque esta forma de terapia no se puede usar con todos los tipos de depresión, la terapia de luz puede ayudar en el tratamiento del trastorno afectivo estacional. Este trastorno implica períodos de depresión que recurren al mismo tiempo cada año, generalmente cuando los días son más cortos en el otoño y el invierno. Esto se debe a que los científicos creen que las horas de luz solar pueden aumentar los niveles de melatonina, una hormona cerebral considerada como el principal regulador de los estados de ánimo del sueño y la depresión.