La respiración dolorosa es una molestia que ocurre cuando una persona inhala o exhala. Las infecciones, las lesiones musculoesqueléticas y los problemas cardíacos pueden causar este dolor.
Los pulmones no tienen receptores del dolor, por lo que cuando una persona experimenta una respiración dolorosa, no son los pulmones los que duelen. Sin embargo, las condiciones que afectan los pulmones, órganos, articulaciones o músculos dentro de la cavidad torácica pueden causar dolor al respirar.
En este artículo, discutimos cuándo obtener ayuda y las posibles causas de la respiración dolorosa. También cubrimos diagnóstico, tratamiento domiciliario y prevención.
¿Qué encontrarás aquí?
Cuando obtener ayuda
El dolor al respirar a veces puede ser un signo de una afección potencialmente mortal, como un ataque cardíaco o una embolia pulmonar.
Busque atención médica de urgencia si el dolor acompaña a alguno de los siguientes síntomas:
- Asfixia.
- Pérdida o disminución del nivel de conciencia.
- Opresión o dolor en el pecho, especialmente si se extiende a los brazos, la espalda, el hombro, el cuello o la mandíbula.
- Falta de aliento severa.
- Piel, dedos o uñas azules.
- Luchar o jadear por aire.
- Sudoración excesiva.
- Mareo repentino o sensación de mareo.
Neumonía
La neumonía es una inflamación de los sacos de aire dentro de los pulmones. La causa más común de neumonía en adultos es una infección bacteriana, pero otras causas incluyen infecciones virales y micóticas.
Las personas con neumonía a menudo tienen dolor en el pecho que puede empeorar al inhalar.
Otros síntomas de la neumonía pueden incluir:
- Tos.
- Fiebre alta.
- Fatiga.
- Falta de aliento.
Las personas con síntomas de neumonía deben consultar a un médico. El tratamiento depende de la causa y la gravedad de la condición. Un médico puede prescribir antibióticos para infecciones bacterianas.
Pleuresía
La pleuresía es una inflamación de la pleura, que son los tejidos que recubren la cavidad torácica y el exterior de los pulmones. Muchas afecciones pueden conducir a la pleuresía, incluidas las infecciones virales y bacterianas.
Las personas con pleuresía tienden a experimentar un dolor agudo al respirar. Otros síntomas pueden incluir:
- Dolor que puede extenderse a los omóplatos.
- Dolor en el pecho que empeora al toser o estornudar.
- Falta de aliento
- Pérdida de peso inexplicable
Las personas con síntomas de pleuritis deben consultar a un médico. El tratamiento depende de la condición subyacente.
Costocondritis
La costocondritis es la inflamación del cartílago que conecta el esternón y las costillas. La causa de esta inflamación no siempre es clara, pero a veces puede deberse a una lesión en el pecho, tos severa o una infección respiratoria.
La costocondritis generalmente causa dolor agudo y sensibilidad alrededor del esternón. Las personas pueden encontrar que este dolor se irradia hacia la espalda y empeora al respirar profundamente o al toser.
La costocondritis a menudo mejora por sí sola, pero las personas deben consultar a un médico si el dolor interfiere con las actividades diarias.
Neumotórax
El neumotórax ocurre cuando el aire entra en el espacio pleural, que es el espacio entre la pared torácica y los pulmones. La acumulación de aire aumenta la presión en la cavidad pleural, lo que puede provocar que parte o todo el pulmón de una persona se colapse.
Una herida torácica, una lesión pulmonar o una complicación de una enfermedad pulmonar, como un enfisema o una tuberculosis, suelen causar neumotórax.
El neumotórax puede causar dolor en el pecho que empeora con la respiración o la tos. Otros síntomas pueden incluir:
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Piel o uñas azulada.
- Falta de aliento.
- Cansancio.
- Opresión en el pecho.
- Quemazón de las fosas nasales.
Las personas con síntomas de neumotórax deben consultar a un médico. Para evitar el colapso pulmonar de una persona, es posible que un médico deba extraer el aire del espacio pleural.
Pericarditis
La pericarditis es una inflamación del pericardio, que es un saco lleno de líquido que rodea y protege el corazón. Una amplia variedad de factores pueden causar pericarditis, incluyendo:
- Infecciones bacterianas y virales.
- Lesiones o cirugía al corazón.
- Ciertos medicamentos.
- Afecciones autoinmunes, como la artritis reumatoide y el lupus.
- Raramente cáncer.
La pericarditis puede provocar dolor en la respiración o dolor agudo en el pecho que puede sentirse mejor cuando se sienta derecho y se inclina hacia adelante. Las personas con pericarditis también pueden experimentar:
- Fiebre.
- Latidos irregulares o palpitaciones.
- Falta de aliento.
- Mareo o vértigo.
Cualquier persona con síntomas de pericarditis debe buscar atención médica. Los médicos generalmente pueden tratar la pericarditis con medicamentos antiinflamatorios.
Lesiones en el pecho
Las lesiones en el tórax, como los músculos tirados, las costillas rotas o una pared torácica magullada, pueden provocar dolor al respirar. Este dolor puede ocurrir sólo en el lado de la lesión.
Otros síntomas de una lesión en el pecho pueden incluir:
- Moretones o decoloración de la piel.
- Dolor que se irradia al cuello o espalda.
- Falta de aliento.
Las lesiones en el pecho pueden resultar de:
- Golpes e impactos en el pecho.
- Lesiones deportivas.
- Tos severa.
- Cirugía.
- Caídas.
Las personas con lesiones torácicas leves a menudo se pueden tratar en casa con medicamentos para el dolor y para descansar. Sin embargo, las personas con lesiones graves u otros síntomas relacionados deben buscar atención médica.
Diagnóstico
Normalmente, un médico le preguntará a una persona acerca de sus síntomas, revisará su historial médico y le realizará un examen físico del tórax.
Luego, el médico puede recomendar una o más pruebas para ayudar a determinar la causa del dolor de una persona.
Las posibles pruebas incluyen:
- Radiografía de pecho. Los rayos X crean una imagen del interior del tórax y le permiten al médico verificar si existen afecciones, como lesiones e infecciones.
- Tomografía computarizada. Esta prueba consiste en tomar una serie de rayos X desde diferentes ángulos para crear imágenes más precisas. Las tomografías computarizadas a veces son más útiles que una radiografía de tórax.
- Pruebas de función pulmonar. Esto involucra a una persona que realiza una serie de pruebas de respiración que ayudan a determinar qué tan bien están funcionando sus pulmones. Los médicos pueden usar los resultados para diagnosticar afecciones respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Electrocardiograma (ECG). Los médicos usan un ECG para medir la actividad eléctrica del corazón de una persona, que puede ayudar a diagnosticar problemas cardíacos.
- Oximetría de pulso. La oximetría de pulso mide los niveles de oxígeno en la sangre. Los niveles bajos de oxígeno pueden indicar ciertas afecciones respiratorias, como un neumotórax o neumonía.
Tratamiento casero
El tratamiento médico para las personas con respiración dolorosa depende de la causa subyacente. Sin embargo, el tratamiento en el hogar puede ayudar a aliviar el dolor de pecho y otros síntomas.
Las personas que experimentan dolor al respirar pueden desear intentar:
- Medicamentos para el dolor. Los medicamentos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés), como el ibuprofeno y el paracetamol, pueden ayudar a reducir el dolor causado por afecciones como la costocondritis y las lesiones menores de tórax.
- Cambio de posiciones. Inclinarse hacia adelante o sentarse derecho a veces puede ayudar a aliviar el dolor de pecho debido a enfermedades como la pericarditis.
- Respirar más despacio. Relajar el pecho y respirar más lentamente puede ayudar a aliviar los síntomas en algunas personas.
- Supresores de la tos. Si los síntomas también incluyen tos, tomar medicamentos para la tos de venta libre puede ayudar a reducir el malestar.
Prevención
Prevenir la respiración dolorosa no siempre es posible. Las condiciones que pueden llevar a una respiración dolorosa no siempre tienen una causa clara, lo que dificulta que las personas puedan prevenirlas.
Sin embargo, algunas intervenciones en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo de infecciones y otros problemas del pecho que pueden llevar a una respiración dolorosa. Estos pueden incluir:
- Dejar de fumar.
- Practicar una buena higiene, como lavarse las manos regularmente.
- Tener un plan anual para la vacuna de la gripe.
- Comer una dieta equilibrada y saludable.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Dormir lo suficiente.
Resumen
La respiración dolorosa no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de otra condición. Las causas pueden variar de leves a graves y pueden incluir lesiones en el pecho, infecciones e inflamación.
En general, es recomendable que las personas con respiración dolorosa consulten a un médico para una evaluación. Cualquier persona con dolor en el pecho y dificultad para respirar debe buscar atención médica inmediata.