Un adenoma hepático (también llamado adenoma hepatocelular) es un crecimiento raro del hígado. Se ve con mayor frecuencia en las mujeres, generalmente en las que usan anticonceptivos orales o durante el embarazo. El tumor es de naturaleza benigna por lo que no produce metástasis en otras partes del cuerpo. Hay muy pocos síntomas asociados con un adenoma hepático y su descubrimiento es casi siempre incidental.
Tratamiento del adenoma hepático
El enfoque para el tratamiento de un adenoma hepático suele ser conservador. El tamaño del adenoma y la subclasificación del tipo de crecimiento que se observa ayudan a decidir el plan de tratamiento exacto.
Detener las píldoras anticonceptivas orales
Se cree que los anticonceptivos orales a base de estrógeno son el principal factor de riesgo detrás de la aparición de un adenoma hepático. Cuanto más tiempo se toman tales medicamentos, mayor es el riesgo de desarrollar adenoma hepático.
Para crecimientos que tienen menos de 2 pulgadas de tamaño, el médico puede elegir no hacer nada en absoluto y simplemente aconsejar el cese de las píldoras anticonceptivas orales. Esto ayuda a disminuir el tamaño del adenoma.
El tumor luego será monitoreado durante un período de tiempo para rastrear su crecimiento, si lo hay. Un pequeño porcentaje de adenomas hepáticos pequeños en realidad desaparecen por sí solos.
Cirugía
Para un adenoma hepático grande, su médico puede recomendarle una cirugía para extirpar el tumor. Los adenomas hepáticos más grandes se encuentran en mayor riesgo de desarrollar tumores malignos en el futuro. También existe un mayor riesgo de hemorragia, rotura espontánea y mortalidad en los pacientes que desarrollan adenomas hepáticos grandes.
Sin embargo, la cirugía no se limita a adenomas hepáticos grandes. Los hombres que desarrollan adenoma hepático (pequeño o grande) generalmente se tratan con cirugía porque se cree que el riesgo de malignidad es mucho mayor.
También se recomienda que las mujeres que no pueden dejar de tomar píldoras anticonceptivas vayan a la cirugía porque el riesgo de que la lesión aumente es bastante alto.
Hay ciertas proteínas que se prueban para ayudar en la subclasificación de los adenomas hepáticos. El tipo inflamatorio de adenoma hepático o el tipo de adenoma hepático activado por β-catenina generalmente se tratan por la vía quirúrgica.
Complicaciones de adenomas hepáticos
Todas las siguientes complicaciones se encuentran con mayor frecuencia en los crecimientos de adenoma hepático grandes y es por eso que se tratan de forma más agresiva.
La complicación más grave asociada con un adenoma hepático es la ruptura espontánea. Esto puede provocar hemorragia interna, dolor abdominal intenso e incluso la muerte. Si se sospecha de un adenoma hepático roto, debe tratarse como una emergencia médica.
La otra complicación, mucho menos común, es la aparición de malignidad. Se cree que los tumores que se han clasificado como los tipos activados por β-catenina tienen la mayor probabilidad de convertirse en malignos.
Conclusión
Un adenoma hepático es un crecimiento raro del hígado. La falta de síntomas asociados hace que sea difícil de diagnosticar en una etapa temprana. Si bien el tumor es benigno, existen varias complicaciones graves asociadas. Como se mencionó anteriormente, cuanto mayor es el adenoma, más agresivo es el enfoque de tratamiento.
Referencia:
- Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
Institutos Nacionales de Salud – Adenoma hepatocelular: ¿cuándo y cómo tratar? Actualización de la evidencia actual www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5076773/