«Por favor, señor, quiero un poco más». Cuando intenta disfrutar de una comida, casi puede escuchar las palabras de Oliver Twist cuando su perro lo mira con anhelo y ojos grandes y emotivos.
La mendicidad es uno de los comportamientos más comunes entre los perros; si bien puede variar de lindo a molesto, nunca es un buen comportamiento para promocionar.
En pocas palabras, la mendicidad enseña a un perro malos modales, que luego pueden extenderse a otras áreas de la vida del perro. El perro puede no escuchar órdenes o incluso puede comenzar a picar o ponerse a la defensiva debido a la conducta de mendicidad. Es sabio cortar el problema de raíz.
Enseñando a un perro a no pedir
Hay muchas maneras de desalentar la mendicidad y los diferentes padres de mascotas prefieren hacerlo de varias maneras. Mientras que algunos confían en un enfoque «fuera de la vista, fuera de la mente», otros eligen entrenar al perro para retirarse a un área neutral durante la hora de cenar, promoviendo así el buen comportamiento y utilizando el método de prevención a la vez.
Prevención: al igual que con muchos problemas de comportamiento del perro, la solución más fácil es la prevención. Al limitar el acceso de un perro a la mesa, un padre de mascota puede limitar la capacidad y la motivación del perro para mendigar, creando así una mejor experiencia de alimentación para todos los involucrados.
Muchos padres de mascotas optan por cerrar a su perro en otra habitación durante la comida y algunos simplemente entrenan al perro para retirarse a otra área, como una caja o una cama, durante la comida. Esto tiene dos propósitos: promueve el buen comportamiento en el perro y fortalece los comandos como «quedarse» y «sentarse».
Cajón, manta o cama durante el entrenamiento a un perro: Si usted es uno de los padres que prefiere que su perro pase la hora de la cena en su cama o en su jaula, el entrenamiento debe comenzar antes de que la mendicidad lo haga. Cuando el perro es muy pequeño, comience a trabajar con comandos como «ir a acostarse» o «criadero». Cuando el perro domine estos comandos y los ejecute de forma voluntaria y fácil, comience a probar el comando durante la hora de cenar.
Si el perro responde, ofrezca muchos elogios y recompensas. Si el perro se levanta y ruega a la mesa, refuerce suavemente el comando y redirígalo de regreso al área designada. Con suficientes repeticiones, el perro dominará el comando y la cena será una experiencia perfecta.
Un buen entrenamiento hace buenas relaciones
Aunque los perros que mendigan a veces pueden verse lindos, es importante recordar que este es un hábito dañino que promueve un comportamiento deficiente y una obediencia inferior a la normal. Además, a pesar de que piense que la mendicidad de su perro es linda, es probable que sus amigos y familiares no lo hagan, lo que puede provocar tensiones en torno a su amado perro. Afortunadamente, es fácil romper el hábito de la mendicidad del perro al practicar la prevención y simplemente mantener al perro fuera del área de comedor o con una jaula, una manta o una cama entrenando al perro. Independientemente del método que elija, está claro que la etiqueta de la cena se extiende a algo más que a sus compañeros humanos.