Los informes de los medios de comunicación han sugerido que más y más personas están siendo diagnosticadas con diabetes y parece que nuestras mascotas se ven afectadas de manera similar.
Los hospitales veterinarios han descubierto que la incidencia de diabetes en perros casi se ha duplicado en los 10 últimos años; En gatos, el aumento fue del 18%. Esto sugiere que todos los padres de mascotas deben ser conscientes de esta condición médica.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes se desarrolla cuando el páncreas no produce suficiente hormona insulina. La insulina es necesaria para ayudar a transferir la glucosa a las células del cuerpo donde se usa para obtener energía. El resultado de esta falta de insulina es un alto nivel de glucosa en la sangre, que se manifiesta como un aumento del hambre y la sed, micción excesiva y pérdida de peso.
La causa y los síntomas de la enfermedad son los mismos tanto en perros como en gatos; Sin embargo, hay diferencias. La diabetes en los perros es muy parecida a nuestra diabetes tipo 1. Es una deficiencia absoluta de insulina y los perros afectados deben recibir insulina de reemplazo por el resto de sus vidas. En los gatos, la enfermedad es similar a la diabetes tipo 2 en las personas; Se necesita insulina, pero con un buen manejo y una dieta adecuada, la enfermedad puede entrar en remisión.
¿Cómo se diagnostica y trata la diabetes?
Cualquier mascota con mayor ingesta de agua y micción tendrá exámenes de sangre y orina para identificar la causa. En una mascota diabética, el hallazgo clave es el nivel muy alto de glucosa en sangre y en orina. Los gatos, en particular, pueden tener un nivel de glucosa en sangre más alto de lo normal porque están estresados en la clínica, por lo que los resultados de las pruebas pueden ser engañosos. Una prueba alternativa es medir los niveles de fructosamina en la sangre; Esta es una proteína en la sangre que refleja los niveles de glucosa en la sangre durante las últimas semanas.
El tratamiento consiste en una o dos inyecciones diarias de insulina y análisis de sangre regulares para asegurarse de que la dosis prescrita de insulina mantenga los niveles de glucosa dentro de los límites normales. Es importante que las mascotas diabéticas reciban la misma cantidad de alimentos a la misma hora todos los días y que sus niveles de ejercicio se mantengan constantes. Esto hace que sea más fácil regular su glucosa en sangre.
Si un gato diabético se diagnostica y trata rápidamente y se modifica su dieta, existe una posibilidad muy real de que ya no necesiten insulina.
Pronóstico
Los padres de mascotas de perros y gatos diabéticos deben estar alertas ante cualquier síntoma que sugiera que su enfermedad ya no está siendo controlada. Estos incluyen signos generales de enfermedad, pérdida de peso, sed y desorientación. Si hay dudas sobre qué tan bien se está manejando su diabetes, visiten al veterinario para realizar una curva de glucosa en la sangre. Esta prueba mide sus niveles de glucosa varias veces durante el día para evaluar su respuesta a sus inyecciones de insulina.
La diabetes en perros y gatos es una condición grave, pero una con la que las mascotas pueden vivir. El tratamiento adecuado se basa en el tiempo y el esfuerzo por parte de los padres de mascotas y en una relación cercana con su veterinario. Con el cuidado adecuado, las mascotas diabéticas pueden disfrutar de una vida relativamente normal.