Preocuparse puede ser bueno en ciertas situaciones. A saber, este tipo de ansiedad puede servir como un excelente motivador para el progreso en momentos en que necesitamos tal estímulo y fuerza motriz.
Sin embargo, si la ansiedad sigue todos nuestros pasos y constantemente pensamos en los peores escenarios posibles y en los posibles resultados negativos de cada uno de nuestros movimientos, este estado mental puede ser muy contraproducente e incluso autodestructivo. Por lo tanto, tenemos que enseñar a nuestro cerebro a utilizar la ansiedad de una manera creativa, mantenernos tranquilos y relajados la mayor parte del tiempo.
¿Qué nos mantiene tensos?
Nuestras preocupaciones nos molestan, permaneciendo constantemente en nuestra mente, interfiriendo con nuestra vida normal. El pesimismo nos lleva a pensar que todo no va a estar bien y que algo malo está destinado a suceder. Las personas ansiosas siempre contemplan sus acciones futuras, con la esperanza de que encontrarán una solución, no queriendo pasar por alto algo, exponiéndolas a la especulación excesiva debido a estos factores. Básicamente, las personas preocupadas y ansiosas no quieren sorprenderse por los aspectos negativos de la vida y el deseo de hacer frente a todos los problemas de forma adecuada, viviendo bajo una presión increíble a diario.
Las personas tienen diferentes actitudes hacia la preocupación. A saber, algunos creen que es necesario ser organizado y responsable, mientras que otros piensan que es molesto y puede hacerlos perder su mente eventual. Sin embargo, sin algunas preocupaciones, perderíamos el control sobre nuestras vidas. Sin embargo, la preocupación excesiva es algo malo y debe interpretarse como tal. Por lo tanto, la gente necesita trabajar en sí mismas para dejar de preocuparse demasiado. También, tenga en cuenta las técnicas de relajación para la ansiedad que cualquier persona que sufre de trastorno de ansiedad debe tratar.
Mantener la ansiedad en la bahía
En primer lugar y ante todo, con el fin de lidiar con la ansiedad mejor, es necesario vivir la vida excepto como una serie de eventos inevitables de los cuales algunos están destinados a ser malo. Por lo tanto, independientemente de cuánto tiempo pasas descartando los peores escenarios, habrá momentos en que saldrán a la superficie. Por lo tanto, debemos abrazar la vida como viene y no pasar mucho tiempo preocupándose por lo que viene a continuación. Disfrutar de las cosas buenas y tratar con las malas como vienen.
En segundo lugar, usted puede beneficiarse enormemente de aprender a posponer su preocupación. Crear un tiempo especial, diario para preocuparse, dedicando unos 30 minutos de su tiempo a la ansiedad y la preocupación, dejando todo fuera. Haga una lista de preocupaciones durante este tiempo y reflexione sobre ellas, encontrando soluciones. Una vez que su tiempo de preocupación ha terminado, vuelva a disfrutar de la vida hasta el día siguiente cuando su tiempo de ansiedad se lleva a cabo.
Por último, analice los pensamientos negativos que corren por su cabeza. Por lo general, las personas ansiosas exageran las cosas y las hacen peores de lo que realmente son. Así, debemos aprender a mirar los problemas desde una perspectiva diferente, escaneándolos objetivamente. Lo más probable es que se dará cuenta de que ninguno de sus problemas son tan malos como inicialmente pensó que serián.