Bronquitis es el término médico para la inflamación de ciertos tubos en los pulmones, a través de los cuales circula el aire cuando inhalamos y exhalamos.
Los síntomas más destacados de esta enfermedad son los problemas durante el proceso de la respiración (como, por ejemplo, la falta de aliento), la tos seca o productiva (que depende de si hay moco expulsado o no) y la sensación de presión en el pecho por todos lados.
Sin embargo, la bronquitis puede ser de corta duración (aguda) o duradera (crónica). El primer tipo mencionado generalmente es desencadenado por un virus que también causa un resfriado común y tiene los mismos síntomas al comienzo. Entonces, el problema es que, en ese caso, puede ser el diagnóstico erróneo, y después de eso, la condición avanza y se extiende hacia los pulmones y los bronquios. Sin embargo, no es tan peligroso como el tipo crónico, que es una enfermedad obstructiva de los pulmones, y que se manifiesta como la aparición de la tos productiva (a diferencia del tipo agudo).
Gatillos
El provocador más frecuente de este tipo de bronquitis es el tabaquismo y cualquier entrada similar de partículas tóxicas y microorganismos desde el aire ambiental al organismo y a través de los órganos respiratorios. Además, la bronquitis puede ser causada por una reacción alérgica, por varios procesos infecciosos existentes en el organismo, o puede ocurrir como consecuencia del resfriado común, como ya se mencionó.
Tratamiento casero
Dado que uno de los factores de riesgo de contraer esta enfermedad es el aire contaminado, que es el casi imposible de evitar, este es un problema respiratorio muy extendido. Ser tan común explica el hecho de que, en la actualidad, hay muchas formas de tratar la bronquitis, como el tratamiento convencional con los medicamentos prescritos, la homeopatía y la medicina alternativa o el tratamiento en el hogar.
El último mencionado es, en realidad, el tratamiento basado en el uso de las hierbas beneficiosas para hacer los remedios caseros. Y muchos de ellos ya son reconocidos como muy efectivos. Tal es el remedio de una pequeña cantidad diluida de la cúrcuma molida en los 2 dl de leche, que debe beberse al menos dos veces al día, y cuando el estómago está vacío. Del mismo modo, una cucharadita de jugo recién exprimido de cebolla o de repollo debe tomarse después de despertar.
Sin embargo, los remedios más comunes son: el té de la raíz de rábano picante o regaliz; el polvo de pimienta negra, jengibre y pimienta larga (también se puede agregar miel); e incluso el simple zumo de naranja.
Cuando se trata de los remedios de aplicación tópica (directamente sobre el cofre), el más utilizado es la pasta hecha de mostaza molida, agua y harina, en las mismas proporciones.