Las enfermedades del sistema vascular como la arteriosclerosis, los coágulos de sangre y otras enfermedades arteriales y venosas, así como las enfermedades del sistema linfático se tratan con cirugía vascular con mucha frecuencia.
La mayoría de estas afecciones se deben a vasos sanguíneos obstruidos o debilitados, o al daño de las válvulas cardíacas, y muchas personas padecen dichos problemas. Con la edad, aumentan también las posibilidades de que incluso aquellos que están perfectamente sanos desarrollen algún tipo de problema. Sin embargo, dado que este es un método invasivo de tratamiento, primero es necesario probar otros métodos que son menos invasivos y no requieren procedimientos quirúrgicos. Hay varios procedimientos de cirugía vascular, y entre ellos se encuentran:
- Cirugía abierta tradicional para aneurismas, más comúnmente utilizada en casos de aneurismas aórticos abdominales.
- Injerto endovascular para aneurismas, con el cual se trata un aneurisma aórtico.
- Bypass para aterosclerosis, que ayuda en casos de arterias estrechas o bloqueadas.
- Endarterectomía carotídea, durante la cual se elimina la placa del interior de la arteria carótida.
- Aterectomía aterosclerótica, durante la cual se retira la placa del vaso sanguíneo afectado con la ayuda de un catéter afilado
- Aterosclerosis endarterectomía, que es una cirugía abierta, durante la cual se extrae la placa del vaso sanguíneo quirúrgicamente.
El procedimiento que se sugerirá al paciente depende de la enfermedad y de la parte del cuerpo en la que se encuentre el problema.
¿Cuáles son las complicaciones de la cirugía vascular?
Siempre que algún tipo de procedimiento involucre incisiones y cortes, tiene que haber algunos riesgos involucrados, sin importar cuánto los médicos intenten hacer todo lo que esté a su alcance para reducirlos o eliminarlos. En cuanto a los procedimientos de cirugía vascular, los que se realizan en los principales vasos sanguíneos tienen más probabilidades de causar complicaciones. Además de eso, hay ciertos grupos de pacientes que tienen un mayor riesgo de desarrollar algún tipo de complicación, y estos grupos incluyen a personas que fuman, personas mayores de 65 años y personas que tienen alguna otra enfermedad. Las complicaciones más comunes son hemorragia e hinchazón en la pierna, pero son más bien menores, en comparación con las posibles complicaciones mayores, como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, daño del sistema circulatorio, injertos bloqueados o fallidos e impotencia. Muchos de ellos ponen en peligro la vida e incluso pueden causar la muerte del paciente, por lo que es necesario informar al paciente de antemano sobre todos los resultados posibles.