La tuberculosis es una enfermedad pulmonar que se desarrolla debido a la infección por bacterias tuberculosis. En 90% de los casos, la infección permanece latente y puede reactivarse en cualquier momento. El 10% de los pacientes infectados se verán afectados por la forma activa de la bacteria TB en 1 a 2 años desde el inicio de la infección.
En las primeras etapas de la infección, la bacteria ataca la parte inferior de los pulmones. La inflamación de los pulmones se desarrolla en 4 a 10 semanas y finalmente la infección comienza a afectar el sistema inmunológico. A menos que se trate, la tuberculosis puede conducir a la muerte. La infección de TB se propaga rápidamente de persona a persona.
Los signos y síntomas iniciales son leves y la enfermedad se hace evidente cuando se desarrolla. La primera indicación de la presencia de tuberculosis puede ser una temperatura corporal más alta, sudoración, pérdida de apetito y peso y malestar. Después, el dolor de pecho, la tos ensangrentada, el esputo verde y las dificultades con la respiración indican la tuberculosis desarrollada.
La tuberculosis junto a los pulmones también afecta a los otros órganos, como los riñones, las protuberancias y los huesos.
La mejor manera de establecer la presencia de tuberculosis es la radiografía de tórax, otros incluyen detección por cultivo, análisis de moco o prueba cutánea de la TB.
En el pasado, la tuberculosis había conducido a un resultado mortal en la mayoría de los casos. Hoy en día, se puede controlar con antibióticos, aunque se observa que la bacteria de la TB se han vuelto resistentes a muchos de los antibióticos, por lo que algunas alternativas son necesarias para combatir la TB. La enfermedad es dominante en áreas con condiciones higiénicas pobres, también las personas con sistema inmunológico débil o el VIH están en mayor riesgo. Es frecuente en América del Norte debido al aumento de la contaminación, el mal cuidado de la salud y el abuso exagerado de medicamentos, alcohol y drogas.
Tratamiento
La administración más prolongada de antibióticos afecta el nivel de las bacterias naturales en el intestino para que el organismo humano y el sistema inmunológico se fortalezcan con suplementos, vitaminas y hierbas. Uso de bacterias Lactobacillus acidophilus debe tomarse regularmente para detener la propagación de la infección. La vitamina C es esencial para el sistema inmunológico. La vitamina B es útil en la lucha contra la enfermedad y los síntomas físicos. B6 es bueno para tratar problemas hepáticos que se producen debido al uso prolongado de antibióticos. La vitamina A o beta-caroteno puede ayudar con la membrana mucosa alterada que se desarrolló debido a la tos constante.
La hierba de cola de caballo es beneficiosa para el nivel de mineral de sílice en el organismo. Se puede tomar en forma de jugo de hierbas o polvo de extracto. El jugo de ortiga es bueno debido a su rico contenido de calcio mineral. Ortiga también se puede tomar con ensaladas o sopas o como un té de hierbas. Manzanilla, salvia y mullein también son hierbas beneficiosas para aliviar la tos. El ajo actúa como un antibiótico natural y se puede tomar con la comida o en forma de cápsula. El rábano, el berro y el zumo de hierbas de capuchina tienen un efecto similar.
Además, pasar tiempo en aire fresco, la exposición al sol y el ejercicio físico son muy útiles cuando se trata de la tuberculosis.