La inmunidad es la capacidad del cuerpo para resistir y defenderse contra la infección, enfermedad u otros peligros biológicos o químicos.
El más peligroso para el sistema inmunológico son los radicales libres que atacan las células sanas que causan sus mutaciones. Esto puede conducir a enfermedades graves como enfermedades del corazón y el cáncer. Se sabe que ciertos tipos de alimentos que actúan como antioxidantes destruyen los radicales libres. Por lo tanto, la dieta de alta calidad enriquecida con nutrientes, contribuye significativamente al fortalecimiento del sistema inmunológico. También una actividad física regular ayuda en gran medida al cuerpo para defenderse contra diversas enfermedades e infecciones.
El sistema inmunológico debilitado se manifiesta en, infecciones frecuentes como la gripe, herpes labial, herpes genital, heridas y la inflamación de los ganglios linfáticos. El cáncer es la consecuencia más extrema de un sistema inmunológico bajo.
El fortalecimiento del sistema inmunológico requiere el enriquecimiento de alimentos con suplementos de diversos nutrientes.
El más poderoso antioxidante es la vitamina C. Tiene múltiples efectos, crea una resistencia a la tensión, proporciona la absorción de hierro, fortalece el tejido conjuntivo, huesos y dientes, y reduce la inflamación. Debilidad, fatiga, curación lenta de las heridas, sangrado de las encías y la anemia indican su déficit. Limón, naranja, kiwi, manzanas, frambuesas, arándanos, la col rizada, pimientos y coles son inagotables fuentes de vitamina C.
La vitamina E es un antioxidante insustituible, eficaz en la lucha contra el envejecimiento. Se restaura la flexibilidad y rejuvenece la piel, la protege de las quemaduras y previene la aparición de tumores. Se recomienda a los fumadores, los diabéticos y los pacientes del corazón. Se encuentra en el aceite de oliva, nueces, almendras, mantequilla y vegetales verdes.
Los carotenoides son un gran grupo de pigmentos de color amarillo, rojo y naranja presentes en las hojas, frutos y flores de frutas y vegetales, yema de huevo, y en algunas especies animales. Contribuyen de manera importante a la salud humana, reduciendo el riesgo de cataratas, enfermedad de la arteria coronaria, pulmón, mama, estómago, próstata, colon, ovario, endometrio, páncreas y cáncer de vejiga y enfermedad cardiovascular.
El selenio es un elemento esencial para el buen funcionamiento de los sistemas enzimáticos. Protege a las células rojas de la sangre y las membranas celulares. También es esencial para el funcionamiento del sistema de defensa y la glándula tiroides. Junto con otros antioxidantes que protege el corazón, ayuda en la depresión, la fatiga y el nerviosismo excesivo. Suelen también reducir la cantidad de sustancias nocivas que causan la aparición de la inflamación reumática. Los alimentos más ricos en selenio incluyen: el trigo, el arroz sin procesar, avena, semillas de melón, leche, carne magra y pescado.
La falta de hierro en la sangre puede causar anemia, que debilita aún más el sistema inmunológico. Por lo tanto, es necesario asegurar la ingesta diaria requerida de este ingrediente para ayudar a defender el cuerpo contra la infección. Los alimentos ricos en hierro son carne de cerdo, pollo, hígado de res, ostras, judías cocidas y guisantes, lentejas y semillas de calabaza.
Mumio es un producto de la naturaleza, que se secreta a partir de unas rocas bajo la influencia de agua de manantial. Contiene 50 elementos y se ve como una resina. Para elevar el sistema inmune el Mumio por lo general se consume en forma de tabletas.
Además de los ingredientes anteriormente descritos hay algunas maneras más para fortalecer el sistema inmunológico de forma natural, que incluye Raíz del astrágalo (estimula las células blancas de la sangre para combatir las infecciones virales), Ashwagandha (mitiga efectos del estrés, fortalece la inmunidad), Siberia y el ginseng asiático, Echinacea y el té verde, que estimulan la producción de células inmunes.
Además, la dieta baja en calorías con bajo porcentaje de grasa es de gran importancia para el fortalecimiento del sistema inmunológico, porque el exceso de grasa restringe el cuerpo en la lucha contra los radicales libres.