El ataque de pánico es una sensación de miedo e inquietud que suele aparecer de repente y sin ningún anuncio previo. Los síntomas descritos son mareos, fatiga y respiraciones cortas. Sin embargo, el síntoma más preocupante es pesado golpeteo del corazón o cualquier otro trastorno en su trabajo.
Además, las personas que sufren de enfermedades relacionadas con el corazón son más propensos a desarrollar esta condición, aunque la causa principal no es todavía demostrado científicamente.
Sin embargo, hay algunos factores desencadenantes que pueden conducir a un ataque de pánico, y los que son la hipoglucemia, el prolapso de la válvula mitral, el hipertiroidismo, el uso de drogas, y las condiciones subyacentes similares.
Cuando se trata de el tratamiento, que puede incluir los medicamentos (como los antidepresivos y los medicamentos contra la ansiedad), pero sólo como la siguiente solución. Sin embargo, la ayuda real radica en el tratamiento de autoayuda, o la ayuda de un médico y la terapia psicológica.
En lo que se refiere al tratamiento de autoayuda, debe señalarse que no es fácil de tratar el ataque de pánico en el momento de ocurrir. Ciertas sustancias que son propensas a desarrollar algún tipo de la respuesta en el organismo que conduce a la sensación de pánico son: la cafeína, la nicotina y las drogas que contienen los estimulantes.
Además, la sensación de saber que el ataque está ocurriendo también moleste a la persona afectada aún más. Debido a eso, lo más importante es darse cuenta de que tener un ataque de pánico es simplemente el trastorno de uno y que se va a acabar. Muy beneficioso en este momento es lograr la técnica de la respiración adecuada, porque la sensación más terrible es el no tener suficiente espacio en el tórax en busca de aire. Aquellos métodos de relajación y de respiración profunda se pueden aprender en los entrenamientos de yoga, por ejemplo.
El tratamiento más exitoso para este problema es la terapia cognitivo conductual, porque se centra en el enfoque realista del comportamiento de los pacientes y les obliga a aprender que no habría consecuencias graves de la crisis de angustia.
Otra terapia muy popular es la terapia de exposición, lo que dice el nombre, en realidad imita cierta ataque de pánico al provocar con las mismas circunstancias, pero en algún ambiente seguro y tranquilo. Esto se hace para que el paciente pueda asociar sus ataques repetitivos con algo seguro y por lo tanto él o ella se calmaba con mayor facilidad cuando se producen. Es, de hecho, poco a poco enseña al paciente a lidiar con el miedo que es la esencia de los ataques de pánico.