El trasplante renal es en realidad un procedimiento de cirugía que es necesario en casos de personas en las que uno o ambos riñones no funcionan correctamente. Para que se realice este procedimiento, primero debe encontrarse un donante del riñón sano, y durante la cirugía el órgano sano y donado reemplazará al órgano afectado.
La razón por la cual el trasplante renal es necesario se relaciona con el hecho de que los riñones funcionan realmente como filtros a nuestra sangre, puesto que su propósito principal es quitar el desecho y el exceso de líquido de la sangre. Por lo tanto, en los casos de insuficiencia renal los niveles de residuos y líquidos se siguen acumulando en el cuerpo, lo que causa problemas adicionales para el cuerpo y conduce a nuevas enfermedades o incluso un resultado fatal.
En numerosos casos, el trasplante renal resulta ser la mejor y la única solución posible para la insuficiencia renal, pero no se puede hacer siempre, ya que es necesario que el donante sea compatible con el paciente que necesita este tipo de cirugía. En caso de que ninguno de los parientes relacionados con la sangre coincida, hay una lista de espera y el nombre del paciente se pone en esa lista hasta que aparezca el donante correspondiente. El período de espera puede durar un año o incluso más en algunos casos. Hasta entonces, el paciente tendrá que tener diálisis regularmente porque de esa manera su sangre será filtrada artificialmente.
El procedimiento y las posibles complicaciones
El trasplante renal tiene un riesgo significativo de posibles complicaciones tanto durante el mismo como después, y es importante que el paciente encuentre una forma de mantenerse saludable hasta que el donante aparezca, porque sólo si no tiene otras condiciones de salud puede realizarse el procedimiento. Por lo tanto, es importante atenerse a la dieta adecuada, seguir las instrucciones dadas por el médico, tomar todos los medicamentos necesarios y participar en algunas actividades saludables, si es posible. Algunas de las complicaciones que pueden ocurrir durante el procedimiento son las que son más o menos comunes a todos los procedimientos, como sangrado, infección y coágulos de sangre. Por otro lado lo que también puede suceder es que el cuerpo rechaza el riñón trasplantado o que el riñón simplemente no funciona correctamente.
Sin embargo, con el fin de reducir los riesgos de rechazo al mínimo, hay ciertos medicamentos que cada paciente tiene que tomar después del procedimiento. También pueden causar algunos efectos secundarios por lo que es importante que el paciente esté bien informado sobre ellos. Algunos de los más comunes son la presión arterial alta y alto nivel de colesterol, diabetes, adelgazamiento de los huesos y la ganancia de peso.