Pertussis o tos ferina es muy contagiosa que afecta a las enfermedades del sistema respiratorio. La bacteria responsable de la enfermedad es Bordetella pertussis.
El término ferina se refiere a los síntomas que presenta en vibraciones de estructuras de la laringe durante el proceso de inspiración. La tos ferina se informó por primera vez en el siglo XVI. El agente infeccioso no se ha aislado hasta que el 1906. La aparición de la enfermedad se ha reducido drásticamente desde la década de 1980, debido a la vacunación, pero hay epidemias que tienen lugar de vez en cuando.
La regular vacunación contra esta enfermedad es la forma más importante de la profilaxis. Los recién nacidos y los niños pequeños son vacunados y esta vacuna protege contra tres enfermedades difteria, tos ferina y tétanos. Sin embargo, la inmunidad contra la Bordetella pertussis no es permanente, por lo tanto los adolescentes como los adultos pueden contraer la enfermedad.
La tos ferina comienza con la etapa cattharal. Esta etapa tiene una duración de una a dos semanas y cuenta con la secreción nasal, los estornudos, la temperatura corporal no es tan alta y la aparición de la tos que no es grave en esta etapa. La tos se vuelve constantemente intensa y esta es la petición del principio de la segunda etapa conocida como etapa paroxística. Cuenta con episodios de tos severa. El paciente no puede expulsar el moco sólido y duro formado dentro de los bronquios. La tos está presente durante algunas semanas y que conduce al agotamiento. Es más intensiva durante la noche. Al final de cada inspiración a través de los resultados de los bronquios constreñidos en un sonido de la tos ferina específico. Debido a la falta de oxígeno el paciente se vuelve azul. Los ataques de tos son más graves en los recién nacidos y los niños pequeños. Al final de la tos pueden ocurrir episodios de vómitos. La duración de la segunda etapa es de aproximadamente de cinco a seis semanas, pero puede durar hasta diez semanas. La tercera fase de la enfermedad es seguida por la mejora de recuperación y la salud.
Dado que la enfermedad es causada por una bacteria, los antibióticos son los fármacos de elección. En su mayoría son eficaces si se administran en el comienzo de la tos ferina. Los pacientes son básicamente prescritos y dan Azithromicin y claritromicina ambos de los cuales pertenecen a un grupo de antibióticos macrólidos. Eritromicina es otro antibiótico administrado en caso de tos ferina. Puede ser eficaz en la reducción de la tos. Trimetoprim sulfametoxazol y actuar de manera similar a la eritromicina. Además de ayudar con la tos estos antibióticos son para prevenir la transmisión de la enfermedad. Incluso a las personas expuestas a la bacteria (aquellos que han estado en contacto con una persona enferma) se administran antibióticos de forma profiláctica.