La neumonía es otro nombre para la inflamación de los pulmones, lo que sucede debido a los virus, bacterias u otros microorganismos que causan la infección. Hay diferentes tipos de neumonía, dependiendo de qué partes del pulmón o los pulmones están infectados.
Cada año, más de medio millón de personas que le da pulmonía, pero hoy en día esta enfermedad es fácil de tratar con éxito. Sin embargo, hay complicaciones que son posibles, y algunos de ellos pueden incluso ser mortal en algunos casos. Las complicaciones son mucho más propensos a desarrollar en las personas que tienen algún tipo de problemas cardíacos o pulmonares, o si son mayores. Las personas que fuman tienen también un grupo arriesgado cuando se trata de las posibles complicaciones de la neumonía. Si se deja sin tratar, o tratada de forma inadecuada, puede causar graves consecuencias y complicaciones, prolongando así el período de recuperación.
La neumonía puede dar lugar a dificultades en la respiración, y en tales casos, puede tener consecuencias fatales, debido a que la inflamación llena los sacos de aire en los pulmones poniendo así en peligro la posibilidad de respirar. Además, es posible que la infección se extienda a través de la corriente sanguínea a otros órganos, complicando así la condición y el tratamiento.
El derrame pleural es también una posible complicación, y significa que el fluido en tales casos se acumula entre el lado interior de la pared del pecho y de la membrana que cubre los pulmones. De esta manera pleura también está inflamada, y el fluido, que se acumula entre las dos capas puede infectarse con facilidad también. Esta condición se llama empiema. La neumonía puede conducir a la formación de un absceso pulmonar, que puede causar más complicaciones y consecuencias, y también puede conducir al síndrome de dificultad respiratoria aguda, o en el SDRA cortos, lo que tiene como consecuencia el hecho de que su cuerpo y los pulmones se verán privados de oxígeno, ya que también implica la respiración difícil. Estas son sólo algunas de las complicaciones, pero sin duda hay muchos más. Dado que ninguno de ellos es menos grave que otros, es muy importante no hacer caso de los primeros síntomas que puedan implicar la neumonía, tales como fiebre, seguidos de dolor muscular y debilidad y tos que se empeora progresivamente y que por lo general es seguido por el moco. El dolor en el pecho no se debe también ser descuidado, y la ayuda médica cuanto antes se requiere la mejor las posibilidades de una recuperación rápida. Todo esto que se ha mencionado hasta ahora implica que la neumonía no tiene por qué ser una condición grave, y que las consecuencias pueden ser evitadas si es tratada a tiempo y si el consejo del doctor se sigue cuidadosamente y meticulosamente.