La hepatitis B es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la hepatitis B. El virus ataca al hígado, provocando una inflamación de este órgano. La enfermedad se transfiere por contacto sexual o compartiendo las agujas, algo común entre los toxicómanos.
Los trabajadores de la salud, especialmente las enfermeras están en mayor riesgo, ya que manipulan con agujas y pueden ser infectados por un pinchazo accidental. El hecho asombroso es que dos tercios de todas las personas en el mundo han sido infectados con este virus. Por suerte, la introducción de la vacuna ha reducido drásticamente la tasa de morbilidad.
Síntomas
Los síntomas de la hepatitis B incluyen falta de apetito, náuseas y vómitos. La ictericia seguida por la coloración oscura de la orina es un signo común. Uno puede haber aumentado la temperatura corporal y sufren de dolor en los músculos. El problema es que la forma aguda de la enfermedad puede llegar a ser crónica. La hepatitis B crónica es un factor de riesgo enorme para la cirrosis hepática y el cáncer hepatocelular. En casos bastante raros se produce una forma fulminante de la enfermedad. Esta hepatitis presenta síntomas graves y un rápido progreso y puede incluso conducir a la muerte. El diagnóstico se establece después de que se han detectado antígenos y anticuerpos específicos para la hepatitis B.
Terapia
En la forma aguda de la enfermedad no hay tratamiento, ya que la infección realmente cura por sí misma. Sólo en caso de hepatitis fulminante se puede administrar a un paciente medicamentos antivirales.
La forma crónica de la enfermedad tiene que ser tratada con los medicamentos apropiados y esta es la única manera para que un paciente evite complicaciones tales como cirrosis y cáncer de hígado. Los niveles de alanina aminotransferasa son determinantes si la infección crónica está presente y todos los pacientes con un aumento constante de los niveles de esta enzima hepática necesitan estar en terapia permanente.
Los medicamentos incluyen medicamentos antivirales como lamivudina, adefovir dipivoxil y baraclude. Esta Terapia incluye interferón también. El interferón se inyecta en el cuerpo. Este medicamento posee varios efectos secundarios. El objetivo de la terapia es inhibir la multiplicación de los virus y por lo tanto, reducir el riesgo de daño adicional al hígado. En casos extremos, cuando el daño al hígado es tan grave, uno puede incluso necesitar un trasplante.
Prevención
La mejor manera es evitar la infección si es posible. Esta vacuna es altamente eficaz y se administra a grupos de riesgo. Incluyen los toxicómanos por vía intravenosa, la gente de la promiscuidad, los homosexuales y los trabajadores médicos.
Incluso los procedimientos simples pueden ser eficaces en la prevención de esta enfermedad horrible. Todos deben tener relaciones sexuales seguras. Las afeitadoras y las agujas no deben ser compartidas. Los tatuajes y perforaciones no deben hacerse en estudios no autorizados, para evitar una fuente potencial de infección.